¿Qué es la imagen?
Cuando nos preguntamos qué es la imagen, rápidamente se nos vienen a la mente palabras como estilo, vestuario, apariencia física y belleza; y aunque efectivamente existe una fuerte relación entre estos conceptos, el significado de imagen va mucho más allá de todo aquello que pueda parecer superfluo.
La imagen es la proyección de nosotros mismos hacia el mundo; la representación de los aspectos externos e internos que nos hace diferentes y nos marca con un sello propio y único.
El aspecto externo corresponde a nuestra figura, la ropa que vestimos y el lenguaje corporal (los gestos, la mirada, la postura, los movimientos y las expresiones); el interno hace referencia a la actitud y al comportamiento, a la expresión verbal y escrita. Su importancia es mayor ya que constituye el 90% de lo que proyectamos a nivel externo, puesto que es el reflejo de lo que somos y cómo nos sentimos, que es lo que al final viene a modificar nuestra apariencia física. Es por esto que resulta fundamental conocerse bien a sí mismo y hacer el ejercicio de identificar los aspectos positivos y negativos, tanto internos como externos para corregir las deficiencias y lograr sacar el mayor provecho de nuestras cualidades.
La congruencia entre ambos aspectos compone la imagen integral. Esta debe representar lo que somos y no lo que queremos parecer; debe ser puramente genuina porque a través de ella comunicamos nuestra esencia, esto es, lo que sentimos, pensamos y queremos. Una imagen integral positiva y equilibrada nos permite proyectar mayor seguridad y credibilidad ante los demás, lo que facilita el alcance de nuestros objetivos en el plano personal, social y profesional.
La primera impresión si cuenta.
Constantemente escuchamos decir que la primera impresión no es la más importante y que para eso hay segundas, terceras, cuartas e infinitas oportunidades de causar una buena impresión ante los demás. Sin embargo, está demostrado que esa primera impresión física queda grabada en la mente en un 80% y tan solo recordamos en un 15% el lenguaje corporal y en un 5% la expresión verbal de la persona. Es por esto que el cuidado de la imagen no es un aspecto que pueda dejarse a la deriva; al contrario, debe cuidarse cada detalle minuciosamente, y sobre todo debe mediar la autoaceptación y una autoestima sólida para que estas se reflejen en la imagen externa y logre así una comunicación asertiva de la imagen. No olvide que la imagen debe ser su aliada y no su enemiga.
Comunique una imagen personal asertiva.
Cuando se busca proyectar una imagen asertiva esto implica comunicar y reflejar a través de ella los talentos y habilidades, la formación académica y personal y en general todas las cualidades que se poseen. Una imagen asertiva genera credibilidad, confianza, seguridad, poder y le da un valor agregado a la persona. En este punto la autoestima desempeña un papel fundamental, puesto que corresponde a la manera en qué nos vemos a sí mismos y cuánto valor nos damos. Es por esto que entre más alta sea nuestra autoestima, mayor aprecio vamos a dar a nuestras fortalezas, lo que permitirá destacarnos y generar una imagen de impacto.
A propósito de ello, he aquí algunos tips para comunicar una imagen asertiva que conduzca al éxito:
1. Conocer bien nuestra figura para adecuar las vestimentas que mejor le queden al cuerpo y adaptarlas a las diferentes ocasiones y actividades, según la etiqueta.
2. Comportarse de modo respetuoso y con buenos modales es algo que nunca pasará de moda. Usar un vocabulario correcto y cuidado siempre le brindará reconocimiento.
3. Establecer un buen contacto visual al entablar una conversación con otra persona.
4. Mantener buenas posiciones corporales. El cuerpo habla por sí mismo y le permite afianzar sus opiniones e ideas.
5. Utilizar un vocabulario asertivo: “yo pienso”, “yo quiero”, “yo siento”; transmite seguridad y genera confianza en el receptor.
6. Referirse con palabras de colaboración y mostrar interés hacia las opiniones de los demás.
7. Cuidar que el aspecto interno se mantenga en equilibrio y que la autoaceptación, la confianza en sí mismo y el liderazgo sean comportamientos dominantes.