Como es natural, cuando vemos las cifras crecientes de registro de ingreso de visitantes a nuestro centro comercial nos sentimos complacidos y satisfechos porque ello refleja una respuesta muy positiva del público a los esfuerzos que de manera constante hacemos por atraerlos. Entonces se dinamiza la actividad comercial de todas nuestras tiendas, restaurantes y heladerías.
Replicar esto en un marco más ampliado, para toda la ciudad, tendría un efecto muy positivo en su economía. Qué bueno sería para Cúcuta que todos quienes de alguna forma tienen responsabilidades con la orientación de la ciudad igual hicieran esfuerzos conjuntos para convertirla en un lugar de interés por diversos motivos. Por lo general quienes visitan el centro comercial, atraídos por alguna sugestiva oferta de vestuario, igual consumen algún alimento y bebida, un helado, algo del supermercado, en fin, al menos tres o cuatro establecimientos distintos a la tienda que originó la visita, también se ven beneficiados.
Con Cúcuta debería hacerse lo mismo, conjugando factores diversos como el comercio, la diversión, la frontera, actividades de turismo recreativo en poblaciones cercanas, la gastronomía, etcétera. Quien haga el ejercicio de intentar estructurar un plan integral para la promoción de la oferta de la ciudad seguramente quedará asombrado de la cantidad de cosas buenas que tenemos para mostrar y, especialmente, para disfrutar.
No es tiempo ni hay espacio para egoísmos ni vanidades inútiles, es un deber de todos trabajar unidos por la ciudad.