U.C: A qué atribuye el buen resultado obtenido en el Opinómetro (5º lugar en el país)?
C.R: Al trabajo en equipo que se pudo organizar con un concejo municipal más preocupado por el desarrollo de la ciudad, y un gabinete muy profesional y comprometido con la administración. Ello, sumado a un modelo de liderazgo más activo y solidario para solucionar los problemas más coyunturales de la ciudad como la generación de empleo, la movilidad vial y la seguridad ciudadana, y a planificar el desarrollo no como proyecto de un alcalde, sino como resultado de los sueños de la ciudadanía. Así se construye el progreso, entre todos.
U.C: Ha tenido que revisar las expectativas que tenía antes de posesionarse? Cuáles y por qué?
C.R: Si, una cosa es lo que se quiere cuando se está en campaña y otra cosa es la realidad de la administración pública. Lograr un equilibrio entre las limitaciones de la administración pública y las necesidades urgentes y el desarrollo de la ciudad, es un asunto muy complejo. No se puede hacer todo lo que se quiere, porque siempre surge el tema del presupuesto, la norma que prohíbe, la demora del proceso de contratación; todas esas limitaciones nos trae muchas frustraciones como administradores, quisiéramos hacer más, porque realmente es muy poco el tiempo que tenemos para todo lo que hay por hacer.
U.C: Cúcuta ha tenido administraciones de corte desarrollista, asistencialista, mediática. Cómo define y espera que sea la suya?
C.R: Como lo dije antes, se hizo necesario tomar medidas de choque para atender parte de los problemas más urgentes de la ciudad. El de la generación de empleo es uno de ellos. Esas medidas de choque pueden hacernos parecer mediáticos, asistencialistas, pero había que tomarlas. Ahora, ellas no son la referencia para definir nuestro modelo administrativo, porque paralelo a las medidas de choque venimos trabajando en un plan de desarrollo que transformará a Cúcuta construyendo un nuevo modelo económico para la ciudad. Articulados con el gobierno nacional y el departamental desarrollaremos un conjunto de proyectos con los que Cúcuta dejará de ser el patio trasero de Colombia para convertirse en un polo de desarrollo en la región de frontera. Habrá progreso.
U.C: De sus promesas de campaña cuál parece ser la más fácil y cuál la más difícil de cumplir?
C.R: No hay programas fáciles en la administración pública, porque cada acción que realizamos viene precedida de un conjunto complejo de actividades. El plan de gobierno propuesto se basa en cuatro ejes: turismo, infraestructura, educación, empleo y desarrollo económico. En turismo trabajamos en el parque temático de la Gran Colombia, ubicado en el cerro Tasajero; el parque de Cristo Rey, y el diseño del cable aéreo que unirá varios monumentos del sur de la ciudad, La virgen de Fátima, la Columna de Padilla, la Loma de Bolívar; como se observa, estamos estructurando todo un conjunto de acciones para que la ciudad sea un verdadero destino turístico, así se generarán muchas fuentes de trabajo y llegará el progreso.
Con relación al tema de la infraestructura, ya iniciamos la pavimentación de mil calles de la ciudad, a solo tres meses de iniciado el programa de pavimentación comunidad -gobierno ya llevamos inauguradas 100 calles; trabajamos en el diseño de las soluciones viales para la zona de la central de transportes y las obras que se necesitan sobre la diagonal Santander, en San Luis, en el puente San Rafael. Quizás el compromiso más difícil de cumplir es el relacionado con la transformación del modelo económico de la ciudad. Tenemos que reformular el modelo económico, es una labor de toda la sociedad y estamos trabajando en ello, por lo pronto tenemos claro dos cosas, el desarrollo del turismo y hacer la ciudad atractiva para la inversión en la industria.
No puedo dejar de hablar del proyecto que más satisfacciones personales me ha dado, la generación de empleo. En siete meses de esta administración hemos generado casi siete mil empleos; se están haciendo esfuerzos para impactar sobre los indicadores de desempleo, para dejar ese deshonroso título de ser la ciudad con mayor desempleo del país.
U.C: Ocho meses de administración y otro tanto de campaña seguramente le han significado sacrificios en su vida personal.Qué extraña de su cotidianidad anterior?
C.R: Extraño mucho las salidas y los paseos con la familia, los paseos en la noche a comer helados, los fines de semana en Salazar, las tertulias con los amigos y parientes. Ser alcalde de una ciudad capital impone muchas restricciones, por seguridad, por compromisos laborales, por protocolos. He tenido que cambiar el tiempo con mi nieta por visitas a los barrios. En las últimas semanas me está acompañando a inaugurar obras, es bueno que desde niña conozca la realidad social de la ciudad.
U.C: Cómo espera mantener la buena imagen que tiene hoy?
C.R: Seguiremos trabajando de la mano de los cucuteños, como lo dije antes hay mucho por hacer y poco tiempo. Un tema muy importante en el que hay que trabajar es en cambiar la cultura tributaria de los cucuteños. Los ciudadanos tienen que entender que sólo hay progreso en la medida en que se paguen los impuestos, si la gente no paga, los planes se quedan en eso: planes y sueños.
U.C: Cuál será esa obra, proyecto o gestión suya por la que espera ser recordado con gratitud y admiración?
C.R: Me parece que más que obras sueltas la ciudad necesita un conjunto organizado de acciones para que haya progreso. No espero ser recordado por un puente o por un monumento, prefiero que se diga que Cesar Rojas lideró el cambio del modelo económico de la ciudad, que en su administración se dieron las condiciones para la creación de fuentes de empleo estables con las que se disminuyó la inequidad y las desigualdades sociales.
U.C: La apertura de la frontera con un país tan convulsionado como Venezuela implica desafíos muy grandes en materia de seguridad, de empleo, de salud pública, entre otros temas. De ellos cuál es el que más le preocupa?
C.R: Todos, no hay problemas aislados, todo debe ser atendido como un solo conjunto, la seguridad afecta el empleo, el empleo afecta el saneamiento tributario, el no pago de impuestos afecta la prestación del servicio de salud, la salud afecta la educación; se trata de una cadena de problemas. La ciudad tiene que asumir la condición de frontera de una forma diferente. En nombre de la frontera existe la percepción de que en Cúcuta se puede hacer todo sin importar las leyes o los reglamentos. Hay una aceptación social de la ilegalidad: contrabando, informalidad, irrespeto por las normas de policía, vehículos con documentación irregular. En este sentido, me parece que el problema de la inseguridad impide que se puedan identificar soluciones en otros temas como la generación de empleo, la atracción de la inversión, la movilidad. Por eso debemos darle una solución integral a la nueva realidad que se avecina con la apertura de la frontera, creo que llegó la hora de poner orden en la casa. El año que estuvo cerrada la frontera mostró las debilidades de la región y lo poco que supimos aprovechar la condición fronteriza. El reto es no volver a caer en el error, por ello insisto en que es necesario cambiar el modelo económico de la ciudad.