Escogí este plato porque la necesidad hoy en día es comer saludable, y referenciándome a mi modélica escultura, aprovecho para darme un gusto de una dieta que me permita degustar el más exquisito pastel de pescado.

Las tardes de verano en La Coruña ( España ), después de un buen baño, llegábamos a casa con hambre de lobos, como dice el dicho, y entre picoteo y picoteo, realizaba la receta que mi madre me enseñó a hacer al horno, claramente modificada porque aquí no tengo horno y utilizo el microondas más rápido y fácil de hacer.

Primeramente en una olla con agua a punto de hervor, le echo sal, pico cebolla y pimentones rojos y verdes, hojas de laurel y a cocción junto con las piezas de róbalos, (si os resulta caro el róbalo, podéis utilizar filetes de pangasius).

Hay diferentes formas de darle un toque diferente al pastel de pescado, pudiendo añadirle camarones, cangrejo, palitos de pescado, y o decorarlo con estos mismos. Para la realización de éste debemos tener un molde, ya sea rectangular, cuadrado o redondo, dependiendo de la forma de presentación de este.

Revisando el pescado esté en su punto, retiro todo de la olla para poder utilizar la batidora y mezclar todo bien con el tomate , la crema de leche , los huevos y salpimentamos, añadiendo a la preparación para poder realizar la mezcla y que coja un tono asalmonado.

Una vez esté hecha la mezcla, vertemos todo en el molde y lo introducimos en el microondas entre 10 y 15 minutos dependiendo de la potencia de este.

Podéis presentarlos de muchas maneras, esta vez yo lo hice en una cama de calabacín frito, pero podéis ser creativos y montarlo tal cual os sale del molde y decorarlo con un sinfín de productos a imaginación vuestra y disfrutar de un delicioso y cremoso pastel de pescado.