Ahora mismo, la afamada firma de ingeniería Rolls- Royce, de Inglaterra, realiza en Finlandia las primeras pruebas de su prototipo de barco carguero no tripulado, lo que significará una auténtica revolución en el transporte marítimo.
Se trata de enormes naves que no tendrán cubierta ni camarotes, todos sus espacios se destinarán a carga y serán controladas por satélite, con un grado de precisión y seguridad muy superior al que se conoce en la actualidad.
Los capitanes de barco guiarán algunas operaciones desde tierra, otras serán decididas autónomamente por las naves utilizando sensores climáticos y de todo tipo. Se elimina cualquier posibilidad de error, se reducirán tiempos y combustible. Se cree que antes de cinco años ya estarán unos cuantos barcos robotizados operando en los mares de Europa. Con este avance, Inglaterra demuestra que mantiene vigente su título de reina de los mares.
Recién se ha dado inicio al programa ALIAS (Aircrew Labor In-Cockpit Automation System), financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados y administrado por un contratista privado, Flight Sciences, con el que en un futuro muy próximo los aviones y helicópteros serán tripulados por robots. Tanto las fuerzas armadas como las aerolíneas comerciales tienen problemas para conseguir pilotos y ven con buenos ojos la idea de usar robots, que ofrecen mayor seguridad y eficacia.
Es bien larga la lista de accidentes de aviación atribuibles a fallas humanas, por lo que los científicos apunan ahora a desarrollar la tecnología que haga innecesarios a los pilotos. Las pruebas avanzan con éxito y han comenzado con un pequeño avión Cessna Caravan, que tiene un piloto humano y un copiloto robot con brazos con ganchos, el primero le transmite todas las instrucciones a través de una tableta y el robot las ejecuta con absoluta precisión.
Hoy día, cuando vemos que nuestro vuelo será guiado por una joven mujer sentimos algo de aprehensión. Cómo será cuando no veamos a alguien de carne y hueso al frente del timón!