A Colombia y demás países latinoamericanos con un nivel de desarrollo igual al nuestro, el fenómeno llegará con fuerza en unos veinte años: los robots desplazarán a mucha gente de sus puestos de trabajo.

No es especulación ni ciencia ficción, ya se ven muchos supermercados en USA y bancos en Japón donde no se utilizan cajeras humanas y muchos drones hacen repartos de droguerías y pizzas a domicilio.

Hoy día los robots ocupan un 8% de los trabajos, y en un par de años la cifra podría ascender hasta el 26%, gracias a la velocidad a la que se mueve la sociedad del conocimiento. Tres de cada cuatro empleos antes de cinco años estarán vinculados a los sistemas informáticos, lo cual es la antesala al despido para ser sustituido por una máquina.

Los trabajos que son repetitivos, rutinarios o mecánicos son los que resultan fácilmente remplazables por robots, vale decir, las personas que trabajan con las manos serán sacadas del mercado laboral. Tal como siempre pasa con la tecnología, con el paso del tiempo resulta más asequible a los presupuestos de las empresas y termina por popularizarse, como sucedió con los celulares.

Muchos perfiles profesionales desaparecerán a menos que se reinventen y adquieran nuevas habilidades en tareas que no sean mecánicas. Se salvarán las profesiones de carácter creativo, como los escritores, los abogados, los músicos, los diseñadores y algunas especialidades médicas.

Cuando uno lee un artículo como este, es inevitable que piense en nuestros hijos pequeños o nietos. No la tendrán nada fácil a menos que estudien tres veces más de lo que nos tocó a nosotros, ya una especialización académica no será suficiente. Según un estudio de la OCDE, solo los profesionales con un máster o un doctorado podrán sentirse a salvo; igual los que en las empresas se dedican al sector I+D (investigación y Desarrollo, los analistas de contabilidad y financieros, los economistas o científicos de datos serán considerados insustituibles por las máquinas.

La amenaza crece, el fenómeno es indetenible. La IA (inteligencia artificial) avanza a pasos agigantados, ya la IBM creó las primeras neuronas artificiales y el gigante Google se encuentra muy próximo a crear la IA completa con su DeepMind.

La cosa es de tal tamaño que el 43% de los trabajadores españoles tienen riesgo elevado de ser remplazados por máquinas antes de cuatro años. (Con una probabilidad superior al 66%) de ser automatizado a medio plazo. Seguramente no todos ellos lo serán (remplazados) en ese tiempo por razones de presupuesto de sus empresas, pero tarde o temprano tendrán que irse, como lo hará el 12% de los empleados de Alemania, España y Austria.

Sin embargo, no hay que ser catastróficos, nuevas oportunidades surgirán para los desplazados por la tecnología. Prueba de ello es el hecho de que, en los países con mayor presencia de robots en las empresas, como lo son Japón, Corea del Sur y Alemania, las tasas de desempleo no superan el 4%.

Lo mejor será que desde ya nos aseguremos de que nuestros descendientes reciban la mejor formación académica posible, el futuro no parece muy prometedor para la medianía ni el promedio por lo bajo. Se salvarán solo los excelentes.