Estuvimos en el congreso nacional de FENALCO, realizado en Pereira a mediados del mes de septiembre, y allí fuimos gratamente sorprendidos por el saludo muy cordial y entusiasta para la gente de Cúcuta que nos dio el presidente Duque, y especialmente, por la reiteración de su promesa de darle a esta ciudad un régimen especial que le permita unas condiciones que la hagan atractiva para la inversión en actividades productivas.
Indudablemente estamos ante una noticia bien esperanzadora, pero es claro que no podemos dejarle al gobierno la responsabilidad del diseño total de tal régimen. Es muy importante que desde la región se generen iniciativas que retroalimenten y enriquezcan el proyecto oficial. Los gremios y las asociaciones de profesionales ya han debido enviar sus propuestas puntuales para ser tenidas en cuenta o consideradas por el alto gobierno para tener así un régimen que cubra todas nuestras aspiraciones.
Es lo que ha hecho el director de nuestra revista, quien publica en esta edición bajo el título “Migración y Desarrollo” su propuesta personal, como economista estudioso que es de las dificultades y de las oportunidades de la región fronteriza. Es una buena iniciativa, pero una golondrina no hace verano, necesitamos que la sociedad civil organizada en asociaciones, clubes, gremios, juntas directivas, en fin, todos, porque a todos nos afecta la situación extraordinariamente difícil que estamos viviendo por cuenta de la migración venezolana.
La propuesta, contenida en el artículo de esta edición, es bien ingeniosa, como quiera que convertiría una gran dificultad en una gran oportunidad para todos: para el país porque recibiría más divisas y recaudos por impuestos, para los inmigrantes porque obtendrían ingresos regulares y estables, y además el acceso a la seguridad social, aliviando con ello la carga fiscal que implica sostener los servicios de salud y educación. Igual beneficiaría a la región con la llegada de inversión foránea – nacional y extranjera – con la correspondiente transferencia de tecnología; disminuiría, además, los índices de desempleo e informalidad, y en consecuencia los de inseguridad.
Para una mejor comprensión del alcance de la propuesta les invito a leerla en esta edición. Felicitamos al economista por esa especie de Plan López que, tal como sucedió en su tiempo con el Plan Vallejo, podría contribuir a cambiar el paisaje económico regional.
Carmen Elisa Ortiz Caselles
Gerente General