Nada nos cambia tanto la vida como la experiencia de ser papá por primera vez, es toda una transformación maravillosa, increíble …y estresante. Ese hombre que aún en la víspera del parto de su esposa sale con sus amigotes a tomarse sus “chelas” y a trasnochar, en cuestión de horas, apenas se produce el alumbramiento, ya es otra persona. Ese milagro transformador lo hace una pequeña criaturita que a partir de ahora acaparará las miradas y la atención de toda la familia.
Un cambio bien importante, realmente muy importante que el esposo debe asimilar es que en adelante no será más el jefe del hogar, lo será su esposa, la madre de la criatura. En esto es mejor que no discuta, ceda el trono y punto, ella sabe y siempre sabrá más sobre el bebé porque lo conoció nueve meses antes que usted, de manera que ella es la indicada para coordinar las acciones requeridas para el manejo de cualquier situación que se presente. Siguiendo con el consejo anterior confíe plenamente en sus instintos (los de ella), si dice que algo raro le está pasando a la criatura hágale caso, y rápido. No solo porque ella es ahora la jefe sino porque debe ser cierto.
No te sientas mal por no saber nada de nada sobre el manejo del o de la bebé, como bañarle, limpiarle la cola, ponerle el pañal, prepararle un tetero, sacarle los gases, vestirlo etc. Esto es normal, recuerde que desde niñas las mujeres juegan a ser madres, de manera que no te sientas mal, pero, eso sí, comienza a mostrar la mejor actitud para aprender. Un cambio muy positivo que trae la experiencia de ser papá es la de volvernos más precavidos en el gasto, ahora ahorramos más porque tomamos conciencia de que alguna eventualidad puede presentarse. El tiempo de andar despilfarrando con los amigotes ya pasó y conviene que lo entendamos muy bien y a tiempo. No compre todo lo que se le atraviese, su bebé no necesita realmente tanta chuchería. Mejor dele tiempo, comparta con él, hágalo sonreír, ese es un regalo que no tiene precio y les da a ambos enormes satisfacciones y bienestar emocional.
Comparte e intercambia experiencias con otros padres primerizos, esto resulta inclusive divertido para todos, pero no permitas que lo que escuches se convierta en tu guía nutricional o de manejo del bebé, recuerda que cada bebé es un mundo. Si necesita una biblia en esta materia léase el libro de Frank Blanco, de donde hemos tomado apuntes para esta nota.
Tenga siempre la cámara fotográfica o de su celular a la mano, son muchísimos los instantes de felicidad que queremos y debemos atrapar para siempre, atesora sus sonrisas. Muy importante – importantísimo – es que le saques una póliza médica que te ampare gastos mayores, el niño puede ser muy lindo, pero en cualquier momento nos coloca en calzas prietas con algún procedimiento o tratamiento médico.
Si tú eres un buen ser humano, de esos que ha sido buen hijo, buen hermano y buen amigo, sentirás cómo la vida te cambia, para siempre, cuando esa criaturita que es tu hijo te agarra un dedo con su manita. A partir de ahí somos otros.