En el mundo existe una buena cantidad de fenómenos naturales admirables tanto por su belleza como por su rareza. Uno de ellos, considerado como uno de los cinco más impactantes del planeta, es bien apreciable desde Cúcuta, especialmente entre los meses de abril y noviembre.
Se trata del muy famoso Relámpago del Catatumbo, el cual sucede a muy pocos kilómetros al noreste de la ciudad, sobre el Río Catatumbo a su entrada al gran Lago de Maracaibo. Allí se producen unas 260 tormentas eléctricas al año, especialmente entre los meses mencionados, con una media de más de dos millones de rayos al año. Algunas noches pueden verse relámpagos cada cuatro segundos, lo que hace que prácticamente no exista la oscuridad de la noche, algo inusual en cualquier otro lugar del mundo.
Por siglos estos relámpagos sirvieron de faro a los navegantes del Caribe, como quiera que es apreciable a varios centenares de kilómetros. El poema épico La Dragontea, escrito por Lope de Vega en 1597 describe la derrota sufrida por el célebre pirata inglés Francis Drake, quien una noche pretendió apoderarse de Maracaibo pero los rayos del fenómeno lo delataron impidiéndole su propósito.
El fenómeno se produce porque los vientos húmedos de noreste, en su camino hacia el suroeste pasan sobre la superficie del Lago en horas de la tarde, cuando la evaporación es mayor y se tienen temperaturas superiores a los 30° a la sombra, y ascienden como enormes nubes verticales hacia el sistema montañoso de Perijá, de casi 4.000 metros de altura y chocan con una contracorriente de vientos fríos provenientes de la sierra colombiana. El encuentro de estas dos descomunales masas de aire con temperaturas distintas produce los relámpagos y los rayos que salen disparados en todas las direcciones, muchos de ellos hacia arriba.
Para los indígenas el fenómeno es parte de su mitología. Los Wari dicen que es una congregación de cocuyos y luciérnagas que se reúnen para rendir tributo al creador, mientras que la etnia Yupka y los Wayú dicen que son espíritus de sus ancestros que nos envían mensajes.
Esta zona por su intensa actividad eléctrica es muy familiar para los astronautas, quienes la reconocen desde enormes distancias. Es bien apreciable cuando viajamos de noche desde Estados Unidos a Bogotá. Es muy bello verla de lejos, cosa muy distinta es cuando viajamos por tierra desde Cúcuta a Maracaibo por el estruendo intimidante de los miles de rayos que caen allí. En el paisaje abundan los grandes árboles que han sido partidos por los rayos.
La NASA la declaró al sur del lago de Maracaibo como la nueva «capital del relámpago» en la Tierra, destronando al río Congo, en África Central, algo que parecía impensable.