Después de esta terrible experiencia vivida por la humanidad queda plenamente revaluada la vieja afirmación de que “todo tiempo pasado fue mejor”. Inicia la segunda década del siglo XXI con el año 21, en una condición muy especial: lo único que importa ahora es el fin de la espantosa pandemia de Covid-19, luego de eso la humanidad pondrá su atención en todo lo demás.
Todo parece indicar que este tema grueso quedará chuleado con la producción y distribución de las vacunas de Moderna, Oxford y Pfizer durante los primeros meses del año; acto seguido se reinicia la marcha a todo vapor de la economía mundial y nacional. Esto significa que surjan nuevas y grandes oportunidades para todos, especialmente para quienes han hecho juiciosos planes para la reactivación de sus empresas.
Luego de casi un año de parálisis en prácticamente todas las actividades de producción y comercialización a todos se nos reabre el mercado. Lo más probable es que no lo haga de una manera ordenada sino desbocada por el comprensible temor de que se repita la amarga experiencia de las cuarentenas que puedan obligar nuevamente al cierre de los negocios. Habrá mucho afán en recuperar el tiempo perdido y eso podría ser perjudicial por la indisciplina económica que se pueda dar.
La demanda ha estado deprimida y reprimida por un lapso definitivamente muy largo debido a la incertidumbre generada por la pandemia. Con excepción de los artículos considerados suntuarios, en todos los demás hay un represamiento en su colocación en el mercado.
La recesión de la economía mundial del año 30 al 34 del pasado siglo no es del todo comparable con la vivida en la actualidad. Aquella afectó a las economías de más importantes del mundo, como USA y todo Europa, llevando la pobreza y el desempleo a niveles jamás vistos. La recesión de hoy ha afectado a USA, Europa y el resto del mundo, con la extraña excepción de China. Todos los demás países, desde los africanos hasta Bolivia y Haití, han sufrido las terribles consecuencias del frenazo que el mundo se dio por la pandemia.
Ya con la vacuna circulando vuelve el gran comercio internacional a activarse, lo mismo que el turismo, con su gigantesca capacidad de consumo por parte de todos los subsectores que integran este cluster. Esto demandará miles y miles de trabajadores para los hoteles, restaurantes, bares y discotecas que reabrirán sus puertas a millones de turistas y usuarios que correrán a darse un nuevo aire.
Nuevas aerolíneas y nuevas rutas tendremos en Colombia. En vuelos internacionales se registra la llegada de empresas de bajo costo, como la mexicana Volaris, la española Plus Ultra Líneas Aéreas, la chilena JetSmart , la venezolana Laser Airlines y la isleña EZ Air, originaria de Bonaire y Curazao. Por su parte en Colombia han despegado Regional Express Américas, filial de Avianca, y Gran Colombia de Aviación, GCA, que entre sus rutas tendrá Cali-Cúcuta.
Muchos proyectos de construcción se reactivarán luego de largos meses de parálisis casi total, con una enorme demanda de mano de obra y de insumos. Con solo esos dos sectores – turismo y construcción – funcionando a toda máquina se reactiva todo un país. El desempleo disminuirá sustancialmente, las tasas de interés se mantendrán bajas por un buen tiempo y el comercio vivirá una época de bonanza que ojalá no se vea perjudicada por vicios especulativos que echen a perder la buena temporada que se viene para todos.
Los bancos están llenos de dinero de los ahorros de sus clientes, de aquellos que pospusieron sus planes de negocio, pero pese a ello no están dispuestos a reducir las tasas de interés, lo que hace prever que habrá oportunidades, pero vienen tiempos de juego fuerte en la economía.
Decíamos atrás que les irá mejor quienes tengan juiciosos planes de reactivación, vale decir planes de mercadeo adecuados. En un mercado de aguas turbulentas conviene tener muy buena brújula.