El inicio del proceso de vacunación indudablemente le ha dado un nuevo aire a la difícil situación que hemos venido padeciendo por cuenta de la pandemia. Seguramente no se ha dado al ritmo que esperaba un país de cincuenta millones de habitantes y que ha venido recibiendo a cuentagotas el gran chorro de aire que se requiere, pero esas pocas dosis que nos han llegado han servido para reavivar el optimismo, que es un factor esencial para incentivar la economía.
El inicio de la vacunación ha coincidido con le reducción de las cifras de contagios y muertes, sin que esto haya ocurrido como consecuencia de lo primero, se trata, como lo decimos, de mera coincidencia y de la aplicación de otras acciones preventivas que luego de varios meses han calado un poco en la población, que parece tomar más conciencia de la importancia de cuidarse.
Lo cierto es que comenzamos a notar una especie de renacer en actividades que han estado seriamente golpeadas por cuenta de las restricciones impuestas en el ya largo periodo de cuarentena. Especialmente en el comercio, y muy particularmente en los centros comerciales, que comienzan a ver el fruto de sus intensas y costosas campañas de cuidado a sus visitantes.
Quizá resulte imposible determinarlo, pero con muy buen grado de seguridad podemos afirmar que muy probablemente nadie se contagió en las instalaciones del centro comercial gracias a las acciones desplegadas por la administración en materia de prevención. No ha habido un solo rincón que no haya estado monitoreado y cubierto por elementos de protección, tales como jabones, gel, agua y demás.
El conocimiento que nos deja la experiencia vivida en un año será de inmensa utilidad para lo que será la vida en la post pandemia, tema en el que nos sentimos bien capacitados y que será fundamental, tanto para el ejercicio de nuestra actividad principal, como para nuestra vida.
Carmen Elisa Ortiz caselles
Gerente General