La Selección Colombia volvió a dejarnos con la decepción de otro empate, de aquellos que dividen al país futbolero. Y digo dividen porque, a pesar de estar parcialmente clasificada al mundial, como equipo no convence, a tal punto que desde la grada misma del Metropolitano hizo eco el grito que pidió la salida del técnico Reinaldo Rueda.
Y la verdad más allá de los números, la selección no juega bien. La realidad de esos números tan trillados revela un cuadro de contradicciones. En este ciclo de 17 partidos dirigidos por Rueda entre Copa América y eliminatorias, Colombia apenas perdió 2 partidos, pero arrastra el lastre de no ganar hace 5 juegos y, peor aún, de no anotar un gol en esos encuentros. Sin embargo, es cuarto en la clasificación y hoy está en Qatar.
Las dudas se sustentan en si podrá conservar la clasificación en los próximos encuentros. Tiene 17 puntos y le restan por disputar 12 unidades, de las cuales debe lograr al menos 10 para ir a Qatar. Está obligado a ganarles a Perú y a Bolivia en Barranquilla y debe visitar a una Argentina ya clasificada y a una Venezuela, que es la peor de la eliminatoria a la luz de los números.
Parece posible, pero es en realidad el nivel futbolístico de la selección la que genera dudas para conseguir esos puntos. Y es que está selección de Rueda es eso. Más dudas que certezas.
Eso sí, nadie puede dudar de la honestidad y del trabajo de Reinaldo Rueda como seleccionador, pero en este ciclo no convence. La puesta en escena devela un equipo con algún orden defensivo, pero sin creación ni generación de fútbol ofensivo, sin ideas, sin claridad con la pelota y sin definición. Los cambios de Rueda y su cuerpo técnico suelen ser erráticos y sus ajustes tácticos casi siempre terminan por desordenar el equipo en la cancha. Al final ante la carencia de gol, Rueda termina por traicionar sus principios futbolísticos intentando ser ofensivo y manda a la cancha hasta tres delanteros que se diluyen porque nunca les llega la pelota. Esa es la radiografía.
No se puede explicar cómo delanteros que marcan goles cada 8 días en ligas europeas no acierten con la selección, aún con el arco solo, como sucedió en algunos juegos. Los defensores de Rueda culpan a los jugadores y quiénes criticamos al técnico, entendemos que hay un problema de confianza que el técnico no ha logrado solucionar. La confianza en el fútbol es vital. Las presiones que arrastra esta selección desde los hinchas, desde una prensa “especializada” que desgasta horas y horas de espacios analizando supuestos, posibles e imposibles vaticinios que casi nunca se dan, terminan por generar un ámbito raro, una presión incómoda que los jugadores evidencian en la cancha.
Es allí donde Rueda debe emerger como piedra angular para aliviar esa presión y llenar de confianza a sus dirigidos. Resulta un caso extraño si se tiene en cuenta la edad y la experiencia del técnico, pero Rueda no logra aún ese nivel de sosiego para un grupo urgido de resultados. En cada partido repetimos lo mismo: “este juego si es”, “hoy la selección se destapa a golear”, “hoy sí ganamos”, en fin, frases que simbolizan una ansiedad de la que los jugadores no escapan. Sucedió frente a Ecuador y Paraguay y al final los resultados dejaron frustración, tanto que hoy dudamos si la selección logrará ganarle a Perú y Bolivia.
Algún técnico se inventó una de esas máximas que se vuelven frase de cajón en un deporte en el que todo el mundo habla, pero los únicos que juegan son los 22 tipos que saltan a la cancha. “Los partidos se ganan en el arco de enfrente” dijo un D.T. que quiso significar un principio elemental de un juego que algunos quieren vender como ciencia pero que no lo es: se gana marcando goles en el arco contrario y evitándolos en el arco propio. Parece simple desde las palabras, pero la verdad del asunto la tiene la pelota y esa no miente. Se debe jugar, jugar con equilibrio defendiendo y atacando, marcando goles y para lograrlo, se debe trabajar mucho lo físico y lo mental que siempre fue importante en el fútbol. Sería lamentable quedarnos por fuera del mundial con los buenos jugadores que tenemos. Se puede. Ojalá el técnico y los jugadores conjuguen todo lo necesario para lograr los puntos en estos últimos 4 juegos para ir al primer mundial que se jugará en un atípico diciembre y en apenas 50 kilómetros cuadrados.
