Nadie ama lo que no conoce, este es un viejo y reconocido axioma que igual podría complementarse con que todos tememos a lo desconocido o a lo que no entendemos. Esto último puede ser lo que está sucediendo con la inteligencia artificial – IA. Lo que al parecer tampoco sabemos es que desde hace rato utilizamos la IA en varios aspectos relacionados con nuestra vida común y corriente, especialmente en tres grandes áreas a saber:
Medicina personalizada
permitiendo el diagnóstico temprano de enfermedades. En el caso del cáncer, hemos visto muchas aplicaciones en las que el aprendizaje automático puede analizar imágenes y descubrir patrones que lleven a un diagnóstico.
Pero incluso esa tecnología se puede utilizar antes de que un paciente desarrolle una enfermedad. El aprendizaje automático es muy bueno identificando factores de riesgo, que pueden ser genéticos, de estilo de vida o provocados por agentes contaminantes, entre otros.
Si los pacientes son identificados en las etapas tempranas de la enfermedad, el aprendizaje automático también puede ser muy útil para definir cuándo intervenir y cómo hacerlo.
La inteligencia artificial nos puede ayudar a aprender no solo de diversos pacientes, sino de diferentes respuestas a medicamentos variados. Conseguir eso mentalmente es muy difícil para los doctores. Incluso médicos muy inteligentes no pueden integrar fuentes de datos tan diversas, además de que no tienen suficiente información.
Transporte
Si usas Waze, Google Maps o cualquier otra herramienta de navegación, ya estás usando IA porque todas las estadísticas y predicciones para conducir de un lugar a otro utilizan esa tecnología», señala Rus. Google se ha convertido en una de las compañías que más usos le está dando a esa herramienta.
La IA detrás de Google Maps analiza datos para proporcionar información actualizada sobre las condiciones del tráfico y los retrasos, a veces ayudándote a evitar un embotellamiento por completo. El servicio también ayuda a los conductores a encontrar rutas más eficientes para llegar a sus destinos.
Ya sea en automóvil o a pie, Google Maps y Waze ayudan a los usuarios a encontrar un determinado lugar gracias a un sistema que aprendió a leer los nombres de calles y direcciones a partir de más de 1.000 millones de imágenes de Street View.
Además del transporte, la IA nos está ayudando en áreas del mercado laboral. Con la robótica de la IA y las tecnologías de aprendizaje automático, podemos delegarles algunas tareas rutinarias a las máquinas y eso en realidad aumenta nuestra eficiencia y nuestra productividad, además de que nos permite centrarnos en aspectos más cognitivos, por ejemplo, el pensamiento crítico y el análisis creativo.
Con la inteligencia artificial podemos obtener estadísticas sobre lo que dicen los clientes en las redes sociales, sobre lo que necesitan, también acerca de lo que se requiere en la cadena de suministro. Podemos conseguir estos datos que luego nos ayudan a predecir lo que se necesitará y así podemos ser mucho más eficientes en la entrega de mercancías o servicios. Esa información también permite comprender mejor cómo los consumidores usan los productos y cómo ofrecer servicios más personalizados.
Traducciones
Hoy día es posible para todos acceder al servicio de traducción simultánea en varios idiomas gracias a la IA. Esto era prácticamente imposible hasta hace pocos años, los traductores simultáneos eran muy pocos, trabajaban para organismos como la ONU, cobraban carísimo y lo hacían hasta con tres idiomas. Por supuesto, estos señores ahora se han quedado sin trabajo.
Lo de ahora es cosa de locos, se hace de manera inmediata, en tiempo real y en muchos más idiomas. El Traductor de Google utiliza el reconocimiento óptico de caracteres para descifrar las palabras y un sistema de traducción que ha sido entrenado con millones de ejemplos de traducciones existentes en la web.
Se puede entablar una conversación con ayuda del asistente de Google en más de una decena de idiomas. Las tecnologías de traducción forman parte de lo que se conoce como el campo de procesamiento de lenguaje natural o modelos de lenguaje extenso.
Ese tipo de tecnología toma una gran cantidad de datos que pueden ser textos o de otro tipo. Si quieres tener un sistema de inteligencia artificial que pueda reconocer automáticamente los objetos que tienes a tu alrededor, como un celular, una estantería o una silla, necesitas darle muchos ejemplos de ellos.