Desde hace un par de años el mundo ha comenzado a preocuparse por la superproducción de prendas de vestir y su efecto contaminante en el planeta. Para reducir esos exagerados niveles de producción de ropa, algunas casas de moda han optado por alargar el ciclo de vida de las prendas al regresar a las colecciones Primavera Verano y Otoño Invierno, además de incluir materiales y telas más sostenibles como el algodón orgánico, seda, lino, cáñamo, bambú, ortiga, lana ecológica, etc.
También han surgido nuevas tendencias como la Slow Fashion que consiste en el compromiso de las empresas de ofrecer prendas de larga duración y gran resistencia.
La industria ha abrazado una tendencia de moda más respetuosa con el medio ambiente, donde destaca un enfoque particular en la confección. El Upcycling, también conocido como supra-reciclaje o reciclaje creativo, se basa en la reutilización y mejora de objetos ya existentes. Esta técnica nos permite transformar cualquier prenda según nuestros deseos e incluso utilizar telas poco convencionales dándoles una nueva vida.
El mensaje es que a pesar del impacto ambiental que conlleva, la moda tiene el potencial de convertirse en un agente de cambio beneficioso para todo. La cosa va tan en serio que ya grandes tiendas permiten «pagar» con prendas usadas.
En la última cumbre mundial del supermercadismo que se realiza todos los eneros en Nueva York, dos temas concitaron el interés de los expertos: uno, la gran renuncia, o el hecho de que la gente ya no quiere trabajar al mismo ritmo y en las mismas condiciones prevalecientes antes del Covid 19. Y dos, el crecimiento de la reventa de productos usados, un segmento impulsado por el interés de las personas por mercancías de calidad a precios más bajos.
Una conclusión de esto último es que no serán las tiendas de segunda mano, sino las marcas conocidas las que impulsen este negocio. Ya varias empresas que trabajan a favor del medio ambiente han decidido establecer diferentes programas de recolección de prendas en las que se pueda llevar la ropa que ya no utilizamos, obteniendo también un beneficio.
Varias tiendas de marcas famosas ahora invitan a llevar a sus locales la ropa de cualquier marca y en cualquier estado que ya no se usa y el cliente recibe atractivos descuentos. La mecánica parece muy simple: Se entrega la bolsa con las prendas usadas en el mostrador y se recibe un cupón de agradecimiento que podrá utilizar en una próxima compra. Un empleado las recoge y clasifica. Las prendas en buen estado se identifican como artículos de segunda mano, y el resto de prendas se transforman en otros productos, como colecciones de moda reciclada o paños de limpieza o en fibras para su uso posterior.
Cada vez será más común la comercialización de prendas de segunda mano. Colombia debe acelerar la llegada de esta tendencia para beneficio del medio ambiente y del bolsillo de los consumidores.
Fuente: Bitácora Económica de Fenalco.