…. déjalos envejecer con el mismo amor con el que ellos te dejaron crecer.
– déjalos hablar y contar repetidas veces historias, con las mismas paciencia e interés que ellos escucharon las tuyas cuando eras niño, déjalos tener la razón, como tantas veces ellos te dejaron ganar,
– déjalos disfrutar de sus amigos, de las charlas con sus nietos, déjalos gozar viviendo entre los objetos que los han acompañado por mucho tiempo, pues sufren sintiendo que les arrancas pedazos de sus vidas.
-déjalos equivocarse, como tantas veces te has equivocado tú,
– Déjalos vivir y procura hacerlos felices el último tramo del camino que les falta por recorrer, del mismo modo que ellos te dieron su mano cuando iniciabas el tuyo, porque cuando partan al cielo, te será de consuelo recordar que los trataste con paciencia.
– Asegúrate de que se vayan bien convencidos de que tuvieron los mejores hijos que han podido tener, tú ya sabes que tuviste los mejores padres que el universo pudo darte.