En Canadá, país tradicionalmente frío cuando no de temperaturas heladas, el clima está pasando de castaño a oscuro, o, mejor dicho, de caliente a hirviendo. A nadie le cabe en la cabeza que los termómetros marquen una temperatura de 49.5 °C. Es francamente cosa de locos. Y de salud pública, pues ya se registra una gran cantidad de muertos.
Un «domo de calor» (alta presión estática que actúa como la tapa de una olla) ha establecido también registros nunca antes vistos en muchas otras áreas del país.
Estados Unidos y Canadá han advertido a sus ciudadanos sobre niveles de calor «peligrosos» que podrían persistir algunas semanas y que ya causaron un poco más de 500 víctimas mortales en la provincia canadiense de Columbia Británica y en su vecino estado norteamericano de Washington algo más de 80.
Esta zona de alta presión es realmente enorme: abarca desde California hasta los territorios árticos de Canadá y se extiende tierra adentro a través de Idaho.
Las ventas de aparatos de aire acondicionado y de ventiladores se han disparado y han surgido refugios de refrigeración. Algunos bares y restaurantes, e incluso una piscina, fueron considerados como demasiado calientes para funcionar.
Seattle y Portland, ciudades con climas famosos por sus lluvias, registraron recientemente las temperaturas más altas de su historia el domingo. Portland rompió su récord anterior cuando las temperaturas alcanzaron los 44 °C y Seattle hizo los mismo cuando el mercurio alcanzó los 40 °C, según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
Para mitigar el calor Oregón relajó las restricciones de asistencia impuestas ante la pandemia de covid-19 para abrir piscinas y áreas con aire acondicionado como centros comerciales. Pero Seattle tuvo que cerrar una piscina debido a «temperaturas peligrosas e inseguras en la cubierta de la piscina».
Los productores de frutas se han apresurado a recoger cosechas, por temor a que el calor pueda marchitar las cerezas y otras frutas. Los recolectores comienzan al amanecer y se detienen a la hora del almuerzo cuando las temperaturas se vuelven insoportables.
Es tiempo aún de hacer algo por el planeta, no podemos seguir pensando que esto es problema solo de los gringos y los canadienses. El planeta es uno solo y los vasos comunicantes en materia de cambio climático funcionan perfectamente. Esto que hoy pasa en Norteamérica podrá verse pronto replicado en Suramérica con severas inundaciones