¿Y usted sí es consciente del cambio tecnológico que estamos viviendo? Desde hace unos cuarenta años vivimos un constante cambio en el planeta. Lo que le hace muy particular es que si se diera el supuesto de la célebre niña argentina llamada Mafalda, quien pide que detengan un momento al mundo mientras ella se baja, y pudiera uno regresar a él luego de algún tiempo, por decir algo, un año, no encontraríamos las cosas tal cual las dejamos.
Ahora la gran constante son los cambios tecnológicos. Estos últimos se tratan de procesos de revolución de la economía que nos exigen una preparación distinta a la que tradicionalmente teníamos: necesitamos ser más innovadores y saber cómo usar la tecnología para generar empleo y riqueza. Vivimos tiempos que nos obligan a aprender a usar la tecnología y a idear la forma de ser productivos, competitivos e innovadores con miras a mejorar nuestra economía.
Es posible que la mayoría piense que todo comienza con la entrada de internet, servicio que hoy cubre a la casi totalidad de los negocios grandes, medianos y pequeños del mundo entero, al punto de que hoy día pensemos que ello siempre ha existido. No imaginamos ahora cómo sería este planeta sin un servicio tan extendido en todas las áreas de la economía.
El servicio se cobraba originalmente en dólares estadounidenses, lo que seguía siendo caro en los primeros años. Hoy es de los poquísimos casos en que un servicio público baja de precio, hace ocho años este costaba $80.000 el mes (un 11% del salario mínimo de la época), mientras que ahora puede estar alrededor de los $26.000 el mes (2%).
Lo más probable es hay un buen posicionamiento en el Internet de consumo, pero no así en el Internet de la producción. En otras palabras, falta pasar del uso doméstico al uso productivo para la economía.
Luego se toma como un salto tecnológico la aparición de los teléfonos celulares y las redes sociales. El servicio de telefonía cubre ahora casi la totalidad del país. Remplazar el cableado individual por torres que expanden el servicio hace que este resulte mucho más económico para el usuario.
Los tecnoutópicos creen que la tecnología es la panacea y los tecnoescépticos dudan de los resultados, todos estamos en una transición en la que debemos pensar cómo incorporar la tecnología a la educación, al desarrollo productivo y la generación de nuevos empleos.
Independientemente de nuestro nivel de escolaridad todos tenemos y usamos ahora un correo electrónico o algún tipo de inteligencia artificial, como Waze, por ejemplo. No nos dimos cuenta de a qué horas terminamos inmersos en esta carrera de la cual ya no podremos bajarnos ni por un instante .