Todo está caro, dicen las amas de casa., en el país de las vacas la gente come pollo porque es más barato, dicen ellas. Se intenta ayudarse los unos a los otros y sobrevivir, escasamente sobrevivir, no hay nada más que hacer.
Incluso comer pollo es darse un gusto. El año pasado, la inflación se disparó al 211%, la tasa más alta en tres décadas. Sólo en diciembre los precios subieron más del 25%.
En Argentina matan por un celular, como en Colombia. Al menos el 40% de la población vive en la pobreza, según las últimas cifras oficiales del gobierno. La mayoría sospecha que la cifra real es aún mayor.
Claudio Páez era un exitoso hombre de negocios con una cadena de confiterías y tiendas de comestibles, 12 en total. Ahora se ha reducido a sólo dos, ya que los costes de funcionamiento de las tiendas y el colapso de los ingresos disponibles de los clientes han mermado sus ingresos. Y espera que las cosas empeoren, no que mejoren.
Las calles de Buenos Aires están llenas de vendedores ambulantes, motos de “delivery” de aplicaciones de entrega a domicilio y taxis no oficiales. Un análisis sugiere que el sector informal hoy emplea a casi la mitad de la fuerza laboral.
Argentina gasta mucho más de lo que genera y ya debe US$44.000 millones al Fondo Monetario Internacional, lo que la convierte en el mayor deudor individual del organismo. El presidente Milei dice que tiene respuestas a la crisis económica. Economista de formación, es un creyente devoto en los mercados libres sin trabas y en un Estado reducido.
Durante la campaña electoral, atrajo mucha atención agitando una motosierra real en el aire, para señalar su compromiso con la reducción de costos. También prometió hacer estallar el Banco Central y deshacerse de la moneda local -el peso- reemplazándola con el dólar estadounidense. No hay garantía de que las medidas supongan alguna diferencia en la tasa de inflación. Y, en última instancia, eso es lo único que le importa a la mayoría de la gente allá. El presidente tiene sólo unos meses para cambiar las cosas y que la gente empiece a sentirse mejor. Es probable que la luna de miel política de Milei sea muy corta.