ARTE | Los trabajos que hace Gilmar Silva son la demostración perfecta de que la fotografía es un arte.
Encontrar el ángulo exacto para disparar la cámara en el momento preciso es algo que exige una sensibilidad bien especial, tal como la que tiene el compositor brillante para encontrar la nota ideal para hacerla sonar en el tiempo y por el tiempo justo; o como el pintor que elige el color más indicado en el tono más adecuado y la intensidad del trazo que mejor resalta lo que se quiere, o como el escritor que juega con el idioma en procura del adjetivo más descriptivo.
Pero el acto de magia de este fotógrafo brasileño (vive en Ceará) no requiere de gran parafernalia (sombrillas, refl ectores, etc.) y se cumple en dos momentos: cuando toma la foto y cuando le hace la post producción. Cuando dispara sabe muy bien lo que le hará después en su taller para convertirla en una fotografía de exposición. Juzguen ustedes.