Papá Noel estaba preocupado, ansioso. Tanta preocupación no le dejaba dormir por las noches, le hacía estar enfadado y había dejado de canturrear villancicos para acompañar sus tareas diarias. A Mamá Noel no le gustaba nada verle así de triste. ¡Echaba de menos su sonrisa! Por eso, intentó averiguar qué le pasaba.
– Estoy tan angustiado… ¡A los niños ya no les gustan mis regalos!
– respondió Papá Noel ante la pregunta de su mujer.
Mamá Noel no entendía nada, ¡pero si antes les encantaban!
– Ahora, no hacen más que pedir videojuegos, tablets y móviles. ¡Han perdido la ilusión por los regalos de siempre! Juegos de mesa para divertirse con sus hermanos, peluches a los que abrazar, bloques de construcción para construir ciudades imaginarias… ¡Juguetes emotivos y muy imaginativos! – continuó diciendo Papá Noel.
– ¡Cómo es posible! ¡Hay que hacer algo ya mismo! O si no… ¡los niños podrían perder el espíritu navideño! – respondió preocupada Mamá Noel. – ¡Tengo una idea! Pide ayuda a todos los elfos. Seguro que entre todos encontráis la solución.
Rápidamente, Papá Noel se abrochó sus enormes botas negras, cogió su chaqueta roja y puso camino hacia La Fábrica de los Juguetes. Allí, los elfos estaban preparando todo lo necesario para trabajar: papel de regalo, cintas de colores, lazos…
Papá Noel no tardó en reunirlos a todos y les explicó lo que estaba sucediendo con los regalos de todos los niños del mundo. En la cara de los elfos se podía ver el terror ante lo que estaba ocurriendo. ¡El espíritu navideño está en juego!
– Tenemos que encontrar la forma de que los regalos vuelvan a ilusionar a los niños. ¿Qué ingredientes necesita un regalo de Navidad para que le guste a los pequeños?
Los elfos se quedaron pensando un rato… Y de pronto se empezaron a escuchar vocecillas diciendo:
– ¡Necesitan una gran dosis de Niñez!
– ¡Tampoco nos podemos olvidar de ponerles un buen puñado de Alegría!
– ¡Y de Valentía!
– Y, por supuesto, los regalos tienen que estar cargados de Ilusión, ¡mucha ilusión!
– También necesitamos litros y litros de Diversión. Los regalos que les demos a los niños tienen que ser muy divertidos.
– Y el Amor, también es un ingrediente esencial. Los regalos tienen que tener una gran porción de amor… Amor por los hermanos, amor por los padres, amor por los amigos… ¡Amor!
– Yo añadiría Dedicación… Dedicación a las personas a las que quieren.
Papá Noel estaba entusiasmado con tantas respuestas de sus amigos los elfos. Antes, estaba tan preocupado que no se dio cuenta de que hablándolo todos juntos surgirían muchas soluciones. ¡Qué buen trabajo en equipo!
– ¡Muy bien! ¡Bien hecho, equipo! Así queda entonces, nuestra receta:
¡Papá Noel no podía creer lo que veían sus ojos! Las iniciales de cada uno de los ingredientes mágicos para hacer regalos formaban la palabra más importante: NAVIDAD.
Felices por esta maravillosa coincidencia, los elfos se pusieron rápidamente en marcha. Encendieron la máquina para fabricar los regalos, echaron todos los ingredientes mágicos de los que habían hablado con Papá Noel y… ¡plum! ¡criiiii! ¡chist! ¡bang!
¿Sabes qué regalo maravilloso salió? El mejor regalo de Navidad que cualquier niño puede recibir: ¡un enorme abrazo!
FIN.