DE UTILIDAD | ENERGÍA PARA BAJAR LA FACTURA

Cada vez que nos llega el recibo mensual por el servicio de energía lo miramos con inevitable angustia, no sabemos el valor por el que vendrá, solo que este sube cada mes. El impacto que tiene este costo en nuestro presupuesto mensual de gastos es cada vez mayor. Nos acercamos a las oficinas de la empresa electrificadora a hacer el correspondiente reclamo, pero todo sigue igual, o peor.

Es necesario entonces hacer un análisis juicioso de nuestros consumos en el hogar para determinar qué es lo que más energía consume en una casa y cómo conseguir ahorrar. La subida de los precios de la electricidad ha hecho que cada vez más gente se pregunte qué se puede hacer para reducir el gasto y lograr pagar las facturas a finales de mes.

Hay cosas básicas como apagar la luz cada vez que se sale de una habitación. La creencia de que cuesta más estar encendiendo la lámpara de la habitación todo el tiempo es solo eso, una creencia, pero poca gente piensa en cosas como dónde colocar el frigorífico, el electrodoméstico que más consume de toda la casa.

Un buen aislamiento

Puede parecer una obviedad, pero tener unas ventanas que cierren correctamente o unas buenas cortinas puede hacerte ahorrar bastante en la factura de tu casa.  Hay que tener en cuenta que la climatización (calefacción o aire acondicionado) en general supone el mayor gasto en energía de los hogares.

Aproximadamente el 45%-47% del consumo eléctrico se va en la climatización y la luz.  Si la climatización es eléctrica, lo importante es tener un buen aislamiento en cuanto a la vivienda. Tener buenas cortinas y ventanas que aíslen bien y conseguir así un aislamiento adecuado de la vivienda para hacerla más eficiente desde el punto de visto energético. Esto es fundamental. Algo tan sencillo como las cintas adhesivas que favorezcan un mejor aislamiento supone un ahorro de energía.

Ajustar termostatos y cerrar puertas

De un buen aislamiento pasamos a otro básico: tener una temperatura adecuada en el interior. En el norte estar en pleno invierno en camiseta puede salir tan caro como ponerse un suéter en casa en verano. Supone un derroche de energía.

La clave está en ajustar los termostatos de calefacción y aire acondicionado.  En invierno tener la casa a 21 ºC en vez de a 24 recorta en un 20% el consumo energético, y en clima caliente ahorras no teniendo el aire acondicionado por debajo de 23 o 24 ºC.

Asimismo, cerrar las puertas de las habitaciones puede ayudar a reducir el precio de tu factura.

Si se cierra la puerta de una habitación que da a un pasillo principal, y la puerta del salón, por ejemplo, también está cerrada, este hueco actúa como una cámara de aire intermedia que sirve como aislante.

Mantener las habitaciones cerradas optimiza el frío o el calor generado.

En cuanto al aire acondicionado, además de bajar las persianas y mantener cerradas las ventanas para que la casa esté lo más fresca posible, se recomienda encender el aire acondicionado temprano en lugar de esperar hasta que la casa esté muy caliente (cuando tendría que trabajar más).

Asimismo, recomiendan regular el aparato alrededor de 8 ºC menos que la temperatura exterior. Por ejemplo, si hace 33 ºC fuera, intenta conformarte con 25 grados, en lugar de bajar la temperatura de tu habitación a 18.

Uso eficiente de los electrodomésticos

La segunda parte, que se lleva aproximadamente el 55% del consumo, son los electrodomésticos. Aquí es muy relevante comprar electrodomésticos con un alto nivel de eficiencia energética.

Usar electrodomésticos de clase A y hacer un uso óptimo de cada uno de ellos en casa es clave si queremos empezar a ahorrar luz en nuestros hogares.

Si tienes que cambiar algún electrodoméstico, elige aquellos con etiquetas energéticas más eficientes, como las A+, A++ o A+++. Aunque suelen ser más caros, a la larga es más económico.

En cuanto al gasto energético, el electrodoméstico que más consume es el frigorífico, porque está más tiempo enchufado, por ello es el electrodoméstico en el que más nos tenemos que fijar en la eficiencia energética.
Una nevera eficiente puede llegar a consumir hasta un 40% menos.

Para que la nevera tenga un funcionamiento óptimo es importante seguir estas recomendaciones:

  • Evite que acumule escarcha o hielo.
  • Mantenga su parte trasera ventilada dejando un hueco entre la nevera y la pared para que pueda circular el aire y sin polvo.
  • Sitúela lejos de fuentes de calor como el horno y asegúrese de que no le dé la luz solar directa.
  • Evita introducir alimentos calientes que suban la temperatura del interior.
  • Coloque bien los alimentos, con espacio suficiente entre ellos para que el aire fluya y facilite el enfriamiento.
  • Por último, algo que puede parecer una tontería, pero en realidad no lo es: ábrala lo menos posible para evitar la pérdida de frío.
  • Si no necesitas agua muy caliente, lavar la ropa a 40ºC en vez de a 60ºC supone un ahorro considerable en tu factura de la luz.
  • La secadora es un electrodoméstico que consume bastante energía y que en determinadas zonas no es necesaria. «.
  • Se recomienda apagar las placas eléctricas o el horno un poco antes del tiempo necesario para cocinar.
  • Aprovechar el calor residual apagando un poco antes del tiempo de uso y usar ese calor residual para terminar de cocinar los alimentos, también ayuda a ahorrar. Si tienes un alimento que necesita una hora de horno y lo apagas diez minutos antes consume un 15% menos de energía», explica el experto.
  • Utilizar ollas y sartenes con el diámetro adecuado para cada fuego evita que se derroche el calor. Otro truco consiste en tapar las ollas para aprovechar mejor el calor.

Evite el consumo fantasma

Poco a poco, día a día, minuto a minuto se va escapando la electricidad. Un simple gesto como desenchufar el aparato o conectar el cable a una regleta con un botón de encendido y apagado puede suponer un ahorro considerable de electricidad al final del año.

El uso de una regleta puede ayudarte a ahorrar hasta un 10%. Lo mismo sucede con las computadoras, impresoras, el cargador del celular, equipos de música, microondas y router, entre otros muchos aparatos conectados permanentemente a la red eléctrica de nuestros hogares en lo que se conoce como falso apagado.

Cuando dejes de usar un aparato, apágalo del todo, no lo dejes en modo stand by, porque, aunque mucho menos, sigue consumiendo.

Hay que tener en cuenta, además, que cuanto más antiguo es el aparato de televisión, más consume. Supone un ahorro significativo. Hemos cifrado que el consumo fantasma puede oscilar entre el 7 y el 10% del consumo anual de un hogar.

Sustituir las bombillas

Las bombillas tradicionales consumen una cantidad excesiva de electricidad, por lo que hay que reemplazarlas por otras que sean más eficientes.

Las bombillas incandescentes halógenas, las luces fluorescentes compactas (CFL) y las luces LED consumen entre un 25% y un 80% menos de electricidad y duran de 3 a 25 veces más que las bombillas tradicionales. Aunque son más caras, a la larga salen rentables.

¿Cuánto se puede ahorrar?

Llegados hasta este punto, puede que te estés preguntando cuánto se puede ahorrar siguiendo estas recomendaciones. Los expertos dicen que con eficiencia energética, es decir, sumando todas estas medidas, se puede llegar a ahorrar hasta un 30% de la factura

Deja tu Comentario

Your email address will not be published.