El pequeño gigante del deporte colombiano. Así empezaron a llamarle cuando su carrera despuntó por fin, después de once largos años de sacrificios y entrenos, que creyó iban a ser eternos. Eran los días en que preguntaba cuando llegarían los triunfos grandes y Jairo Ruiz, su entrenador, le respondía con la misma frase: “Todo a su debido tiempo”.
Y los tiempos se fueron cumpliendo, casi sin darse cuenta y tras un trabajo mental en el que le inculcaron1 una gran dosis de paciencia. Llegaron los éxitos en competencias nacionales, vinieron los continentales y las copas mundo, y luego, el sueño dorado de una olimpiada.
Allá en el coliseo Menor, su segundo hogar por casi veinte años, lo encontramos haciendo fila con otros compañeros, ansioso, esperando turno para realizar su rutina, como si no hubiese ganado nada, y dispuesto lograrlo todo, como el ganador ya fue. Cuando le llamamos a pedirle cita para esta entrevista para la revista de Unicentro aceptó gustoso.
¿Cuándo empezó a obtener triunfos, pensó que podía alcanzar todo lo que ha logrado en su carrera deportiva como gimnasta?
No. Pienso que ha sido una bendición de Dios. Estoy muy agradecido de todas las bendiciones en mi vida, de las cosas buenas y las que no han sido tan buenas porque he aprendido mucho. Cuando me he caído son aprendizajes, son experiencias que lo hacen madurar a uno más en la parte personal y en la parte profesional. Pienso que era algo que no buscaba. Simplemente entrenaba muy fuerte todos los días, muy dedicado muy disciplinado. Tenía el pensamiento de querer ser alguien en la vida, de salir adelante. A este punto de mi vida me siento muy feliz y orgulloso de lo que he hecho en mi carrera deportiva.
¿Que tanto ha madurado como persona y como deportista?
Pienso que mucho. Con el paso del tiempo uno va madurando más, a mis veinticuatro años pienso que he madurado más, ya que en estos momentos, el ser padre de familia cambia todo; desde la responsabilidad como papá, como imagen, como ejemplo para la juventud de hoy, de mis compañeros, de la gente que me rodea, de la niña que crece a mi lado en casa. Pienso incluso que debo mejorar más para darle un buen ejemplo a mi hija. La verdad es que la idea, es crecer cada vez más.
¿Durante cuantos años de su vida ha practicado la gimnasia?
Tengo diecinueve años de estar practicando la gimnasia artística. Empecé a mis cinco años de edad y ya tengo veinticuatro y voy para veinticinco. Después de once años de estar entrenando, fue que empecé a ver resultados en mi carrera deportiva. Vengo de una familia muy humilde, de bajos recursos. Me crie con muchas necesidades, pero gracias al deporte encontré un buen camino para salir adelante, gracias a las personas que me han apoyado, mis entrenadores, mi mama, las empresas patrocinadoras. A pesar que he querido botar la toalla, pues el camino no ha sido fácil, he seguido firme. Es algo que mi mamá me enseñó, a no rendirme a luchar.
¿Considera que ya llegó al techo de su carrera deportiva?
En estos momentos de mi carrera quiero más. Quiero seguir dando alegrías a mi departamento, muchas alegrías a mi país, a mi deporte. Quiero con la ayuda de Dios seguir haciendo historia, dejando huella a cada lugar al que vaya.
¿Ha pensado en el retiro, y que puede venir después de la gimnasia?
La verdad no sé cómo va ser. Me encargo de vivir y disfrutar mi presente. Pienso que haciendo las cosas bien, puedo construir un buen futuro y esperar lo que me depara la vida cuando ya no sea deportista; si voy a seguir en el deporte, o voy a estar en otro campo.
¿Cuánto cambia la vida de una persona, después de tantos años dedicados al deporte profesional?
Es algo muy distinto. Solamente las personas que conviven con uno y que realmente le conocen bien, saben las situaciones que uno a veces pasa. Las tristezas, las decepciones, momentos de fracaso, esas luchas internas. Es algo que nos hace especiales, y es lo que ayuda a ser grande, esa disciplina. Por ejemplo ver a deportistas como Cristiano Ronaldo, que es una persona supremamente disciplinada, le ayuda a uno a tomar conciencia, y a tomar ejemplo, porque también a uno le hacen falta cositas, sencillas, pero que marcan la diferencia. Ver esas historias de vida ayuda mucho.
¿Cómo apoya a los niños que apenas empiezan a practicar la gimnasia?
Trato de ser muy amigable con ellos. De compartir mucho. De ser un amigo para ellos, de jugar, de aconsejarles, de hablarles cuando atraviesan por algo personal. Estoy cerca cuando pasan una situación deportiva que no es buena y no les está yendo bien. Con mis compañeros, me siento muy identificado, porque la mayoría de niños, son de escasos recursos. Sé que no les toca fácil a ellos y mucho menos a los padres de familia, entonces me gusta ayudarlos, motivarlos, para que en un futuro puedan realizar sus sueños, sus metas y quieran salir adelante. Que además de grandes deportistas puedan ser grandes personas.