Ya vamos a cumplir un año escuchando el mismo sonsonete de que luego de sobrevivir a la experiencia de la pandemia del Coronavirus debemos reinventarnos, que el mundo ya no es ni será el mismo, que todo cambió a tan gran velocidad que ni cuenta nos dimos, etc.
Seguramente todo eso será cierto y los que más saben del tema deberían ilustrar a los menos enterados, que son la mayoría. Siempre pasa lo mismo, son solo unos pocos los que están en la jugada, como es dice popularmente, mientras que el resto del público ni cuenta se da de lo que está ocurriendo.
Lo cierto es que llegó la hora de sincerarnos al momento de confeccionar nuestra hoja de vida al momento de participar en alguna convocatoria laboral. El punto ya no es cuantos títulos académicos acumulamos sino ¿para qué servimos, realmente? ¿Qué habilidades técnicas y humanas hemos desarrollado? ¿Qué tengo para ofrecer como profesional? ¿Cuál es mi real propuesta de valor?
En el aspecto técnico, nos enfocamos en tres cosas: las habilidades propias de tu especialidad, y eso hay que combinarlo con habilidades tecnológicas, es decir, habilidades que te permiten manejarte en el mundo de hoy y, por último, todo lo que tiene que ver con habilidades de gestión.
Sin embargo, en el mundo laboral de hoy, las habilidades humanas – colaboración, empatía y creatividad – se hacen cada día más importantes y es donde las organizaciones están teniendo dificultades para conseguir gente.
Comencemos entonces por tratar de entender que donde más se han producido cambios es en el mundo laboral, en esta materia la covid-19 ha agregado buenas dosis de incertidumbre, pero también algunas oportunidades. La tecnología es el gran motor del cambio cuando hablamos del futuro del trabajo y ahí, el impacto de la pandemia ha sido enorme.
La aceleración de la adopción digital en los primeros meses de la pandemia hizo que el mundo se adelantara 5 años. Ya no es una fase más lejana, sino que está aquí ya. La transformación digital llegó rompiendo el mito de que el teletrabajo no funciona. Temas como la teleeducación, la telemedicina y el teletrabajo han generado cambios profundos que llegaron aquí para quedarse.
Lo digital significa mayor velocidad y eficiencia en la obtención de resultados y esto se logra con inteligencia colaborativa, por ello en las empresas de hoy no hay espacio para envidiosos.
Además, ante problemas que son cada vez más complejos, es importante desarrollar el pensamiento crítico, esa capacidad de visualizar diferentes perspectivas, y para ello hay que jugar a la diversidad, buscar activamente gente que piense distinto. Si en un equipo todos empezamos a pensar igual, algo estamos haciendo mal. Reinventarnos es entonces como volver a nacer ……..pero con experiencia.
Somos seres creativos
La pandemia ha hecho que las organizaciones sean cada vez más ágiles, esto ha creado una necesidad imperiosa de desarrollar más que nunca las habilidades humanas, porque lo que se mueve dentro de las organizaciones son procesos sociales y entonces la creatividad se torna crítica. De hecho, es la habilidad más buscada en LinkedIn. En todos los procesos de enganche de personal la habilidad que más de busca es esa: creatividad.
Ser creativo implica identificar problemas y para eso primero tienes que ser empático porque así vas a automáticamente pensar en la solución. Esa es la creatividad que hay que impulsar: se llama la creatividad práctica, que se define como la capacidad de identificar y resolver problemas.
Las personas tienen reencontrarse con su yo creativo, desmitificando esa idea de la creatividad como un don extraterrestre, que solo tienen unos pocos.