EDITORIAL DICIEMBRE | L o bello de la Navidad es que es la época del año en que sentimos el deseo infinito de ser buenos, de expresar la bondad que tenemos en nuestros corazones, de reconciliarnos con todo el mundo, con la naturaleza y, en especial, con nuestros semejantes.
Es igualmente tiempo de agradecer los favores recibidos de Dios y de los demás, y en consecuencia tiempo de retribuir para asegurarnos de continuar con la protección y la gracia divina.” El párrafo anterior, tomado de una de las notas de esta edición, refleja con exactitud el espíritu que nos anima como centro comercial, por ello y para ello redoblamos nuestros mejores esfuerzos por brindarle a la ciudad el más bello escenario para que cucuteños y visitantes encuentren el lugar ideal para vivir y sentir la Navidad con sus hijos, sus padres y familiares cercanos en un ambiente de agradable tranquilidad y con una muy buena cantidad de opciones de entretenimiento, además de la más novedosa y variada oferta comercial y gastronómica.
Es tiempo de reencuentro con nuestra familia y los amigos, y también de reflexión acerca del rumbo del país y de la ciudad, toda vez que ello determina el destino hacia el que estamos empujando a nuestros hijos y nietos. Nada puede resultarnos más elocuente que la situación infernal que ha vivido Venezuela por cuenta del gravísimo error que cometió su pueblo al dejarse embaucar y embarcar en una fatídica aventura socialista. El Niño Dios habrá de protegernos y darnos la sabiduría y claridad mental para librarnos de todo mal. Amén.