Todo el mundo empieza desde ahora a hacer sus predicciones en materia de crecimiento económico, tanto sobre las expectativas de cómo terminará el presente año como será el desempeño en el próximo.
Indudablemente el comportamiento de la economía no dependerá tanto del precio del petróleo o de otros factores tradicionales, como sí lo hará de la capacidad que tengamos de superar la espantosa pandemia por la vía de la vacunación masiva. Es claro que los países que logran alcanzar pronto la llamada inmunidad de rebaño pueden abrir más rápido sus economías y lograr la tan ansiada reactivación de todos los sectores de actividad.
Las perspectivas de crecimiento de la economía colombiana señalan una cifra alrededor del 6%, lo cual es extraordinario, por su parte la inflación se situaría en el 3 %, aunque los pronósticos de inflación del Informe de Política Monetaria de abril de 2021 involucran una elevada incertidumbre debido a la evolución futura de la pandemia. La tasa de desempleo nacional seguirá disminuyendo a un ritmo moderado y, para finales de 2021, podía ubicarse en promedio entre el 12,8% y 15,0%.
Por su parte las proyecciones de inversión pública, especialmente en carreteras, son realmente importantes y nos dejarían en una posición de vanguardia en América Latina, facilitando con ello las exportaciones del país.
Los números son bien alentadores y podrían serlo aún más …..si no fuera por la inveterada mala costumbre de dar un paso atrás luego de dar dos adelante. Luego de haber firmado un acuerdo de paz con la guerrilla hemos presenciado ahora un nivel de violencia y odio aterrador, manifestado en los bloqueos en los puertos, carreteras y avenidas, así como en la destrucción de bienes públicos y establecimientos comerciales privados. Resultó descorazonador ver el grado de profundo resentimiento expresado en las calles y aterrador pensar que pueda repetirse.
Es claro que solo existe un camino a recorrer para recuperarnos individual y colectivamente. No puede ser otro que el de depurar la democracia eligiendo a los mejores para tramitar ante el Estado las aspiraciones del pueblo. Por fortuna los tiempos turbulentos parecen haber sido superados y solo nos queda acelerar a fondo la economía para recuperar el tiempo perdido.
Carmen Elisa Ortiz Caselles
Gerente General