Es de esperarse que muchas cosas cambien – ojalá para mejor – una vez terminemos este mes, y comencemos el segundo semestre del año. En el plano nacional, la llegada del nuevo gobierno resulta algo muy alentador para todas las actividades económicas y todos los colombianos que recibirán con él un nuevo aire, como los boxeadores, luego de recibir por ocho años una gran andanada de impuestos y de desengaños.
El 17 de este mes estaremos refrendando y reiterando nuestra voluntad de que Colombia sea gobernada por una persona altamente preparada y comprometida con el apoyo al emprenderismo, la libertad de empresa y la defensa de la propiedad privada, como ejes fundamentales para la prosperidad democrática del país. Ese nuevo aliento animará la inversión, la producción, el turismo, el comercio; activará la rotación de un auténtico círculo virtuoso de la economía colombiana. Por eso no podemos equivocarnos en esa elección, de lo contrario comenzaríamos a rodar hacia el mismo abismo adonde han llegado nuestros vecinos.
De otro lado, aunque todos llevamos años vaticinando la inminente caída del régimen socialista venezolano, ahora es más que previsible que eso por fin suceda, gracias a las elecciones fraudulentas que lo desnudaron ante el mundo como la tiranía que es, y que despertaron la indignación de medio mundo, y en especial del hemisferio. Las nuevas sanciones impuestas por Trump son una terrible vuelta de tuerca que deja al gobierno – y lamentablemente al pueblo también – sin oxígeno para su supervivencia.
Tales sanciones conducirán inevitablemente a una dolarización de la economía venezolana, con los efectos que ello implica para Cúcuta y que son expuestos en esta edición en un ensayo especial sobre el tema. De manera pues que tendremos novedades – ¡y qué novedades!
Qué bueno fuera que a tan buenas noticias pudiéramos sumar la de la reconsideración, por parte del municipio, de la medida de aplicar un nuevo impuesto a los cucuteños – valorización – de la manera como se quiere hacer. Nadie mejor que los cucuteños necesitamos de ese segundo aire luego de tantos meses de penurias.
Quiera Dios que este ejercicio de sortilegio que hacemos con este editorial se cumpla íntegramente, será sin duda alguna, lo mejor para todos.
Carmen Elisa Ortiz Caselles
Gerente General