No recordamos que alguna vez se haya dado, como ahora, la feliz coincidencia de que la p r e s i d e n c i a nacional de dos de los principales gremios del país está en manos de nortesantandereanos, Pedro Marún Meyer en FENALCO, y Jairo Pulecio Franco en ACOPI.

En esta edición entrevistamos al ingeniero industrial cucuteño que preside la junta directiva nacional de ACOPI, gremio que reúne algo más de 7.000 pymes colombianas de diferentes sectores productivos y tiene seccionales en casi todo el país.

U. C. – Cuál será el énfasis que pondrá en favor de sus agremiados de esta golpeada zona de frontera.

Desde ACOPI le estamos apostando a la gestión de proyectos del orden nacional que nos permitan apoyar la innovación de mercados,
esto es, que nuestros asociados puedan vender sus productos y servicios en ciudades diferentes al mercado natural, al mercado Interno local y el mercado venezolano. En los dos últimos años llevamos ya más de seis proyectos con el apoyo de seccionales en otras ciudades que nos permitan diversificar el riesgo local.

U.C. – La difícil situación de los actores de la vida económica nacional  ya no es achacada a la baja en los precios del petróleo sino al régimen tributario y laboral, a los parafiscales, a los costos financieros etc. En su opinión cuál de tantos factores es el más perverso?

Sin lugar a duda la elevada carga tributaria y los excesivos costos financieros desmotivan la formalización en Colombia.

U.C. – La presión de los afiliados por el cuidado de sus intereses, le  hace asumir posiciones frente al gobierno que puede afectarle alguna aspiración política personal?

No tengo ninguna aspiración política personal, mi rol actual y desde hace 10 años ha sido la de emprendedor. Estoy liderando actualmente varios emprendimientos, lo que me mantiene ocupado, en el pasado tuve la oportunidad, de participar en el sector público, pero nunca en ningún cargo de elección  popular, ya que mi Proyecto de vida es ser empresario.

U.C. – Por qué Cúcuta no ha despegado económicamente como podría haberlo hecho?

La falta de infraestructura para el desarrollo ha sido la principal causa del atraso regional, no contar, con unas vías que nos acerquen a los principales centros urbanos del país aumenta los costos de comercialización de lo producido acá, lo que nos reduce la competitividad en el sector transformación.

U.C. – La falta de desarrollo económico es lo que hace de la política la actividad principalísima en Cúcuta y el Departamento, tomándose escenarios sagrados como la academia y algunas entidades privadas. Es ese un mal incurable?

La falta de oportunidades laborales para la mano de obra no calificada que tenemos en la ciudad, hace que se reduzca su campo de acción. El país está pasando por una mala hora en términos de los altos índices de corrupción, y la región no es la excepción. Creo que la educación es la clave para reducir la corrupción, no podemos quejarnos de los gobernantes que tenemos si estos son elegidos por nosotros, el poder de pueblo reside en premiar a quien lo hace bien y no renovar a quien lo hace mal.

U.C. – En muy pocas palabras ¿cuál es su perspectiva y cuál es su prospectiva de la ciudad a diez años?

Creo que la ciudad viene definiendo su norte, la deuda histórica de infraestructura por fin se empieza a reducir, la ciudad viene fortaleciéndose en el sector servicios y la economía naranja, Cúcuta y la región están aprendiendo a funcionar sin Venezuela lo que nos permite diversificar mercados, sin olvidar que Venezuela siempre estará ahí, siendo una oportunidad disponible para la región una vez el vecino supere su situación.