Estudios científicos d e m u e s t r a n que cuando los menores de edad acceden a noticias y reportes sobre suicido presentados de manera alarmante y detallada, pueden aumentar la probabilidad de que dañen su integridad física. Cuando se da información o se publican artículos que describen explícitamente el método utilizado, tienen detalles sobre retos o desafíos asociados a este, utilizan imágenes dramáticas y gráficas, tienen titulares alarmantes, o atribuyen el suicidio a un evento de moda, se aumenta la probabilidad de que- los menores de 18 años que se encuentren en riesgo o sean vulnerables- puedan cometer actos que atenten contra su vida.
Los expertos recomiendan hablar de suicidio desde la prevención. Hacen un especial énfasis en que las conversaciones deben ser esperanzadoras, cuidadosas y apoyar a las personas vulnerables. También deben buscar cambiar percepciones incorrectas sobre el tema y desmitificar ideas que parezcan atractivas sobre el suicidio. A continuación, les compartimos algunas herramientas para abordar este tema de manera preventiva y esperanzadora.
1. Ayúdeles a desarrollar competencias socio-emocionales Esto es enseñarles a reconocer, manejar y expresar sus emociones y las de los demás. También incentivarlos a que adquieran las habilidades cognitivas, comunicativas y de conocimiento, Por: Lina María Saldarriaga Directora de contenidos e Investigación de Red PaPaz necesarias para la construcción de una identidad sólida y de relaciones positivas con otras personas.
Esto lo logramos cuando les enseñamos a:
A. Reconocer y asumir sus errores y a solucionar los problemas que estos traen
B. Hacerse cargo de sus decisiones y a asumir la responsabilidad de las mismas
C. Planificar su vida y anticipar el posible fracaso en algunos aspectos de ella
D. Esperar y ser pacientes
E. Tolerar el aburrimiento y los momentos difíciles
F. Disfrutar de lo simple
G. Arriesgarse, perder e iniciar de nuevo
H. Tolerar la frustración
I. Tolerar el rechazo y manejar el desanimo
J. Ser optimistas
2. Esté atento a las señales de alerta
A. Que realice amenazas directas, bien sea verbales o escritas
B. Que haga amenazas indirectas, tales como decir: “Soy un estorbo”; “No sirvo para nada; soy un inútil”; “Sin mí, las cosas estarán mejor”; “Ya les voy a solucionar todos sus problemas”
C. Que la persona tenga una historia de intentos previos
D. Que se observen alteraciones en los patrones de sueño y/o alimentación por más de una semana
E. Que se haga una entrega de pertenencias preciadas a otros (“herencias”)
F. Retraimiento social
G. Abuso de sustancias psicoactivas
H. Que la persona muestre una incapacidad para experimentar placer
I. Que haya una mala percepción del futuro, del mundo y de sí mismo
J. Que se busque información referente al suicidio
K. La presencia de un evento desencadenante
L. Cambios en su rendimiento académico habitual
Recuerde: tener alguno de estos comportamientos no necesariamente indica que la persona va a optar por el suicidio, sino que tiene un mayor riesgo comparado con otros menores de 18 años. Verifique si uno de estos comportamientos aparece de manera aislada o si está acompañado de otros.
3. Preparémonos para manejar un riesgo real
A. Ante una posible amenaza de suicidio siempre es muy importante asumir que hay un riesgo y buscar la ayuda de personas expertas que lo
evalúen y determinen el nivel real
B. Hay que recordar que, en estos casos, guardar el “secreto” no es conveniente. Hay que buscar ayuda
C. Si hay una crisis en curso, es clave nunca dejar sola a la persona y tener a mano los teléfonos de atención en crisis o despacho de ambulancias
D. No necesariamente “hay que saber qué decirle” a la persona en crisis. A veces, es más útil simplemente acompañar y escuchar. La gran mayoría de las personas en riesgo de suicidio,quieren ser ayudadas a pesar de su ambivalencia.
E. Hay que buscar ayuda de expertos como psicólogos o psiquiatras y seguir las recomendaciones que propongan.