El verdadero placer cocinar en casa para amigos está en probar cosas nuevas, en atreverse a improvisar. A veces, la mayoría de las veces, el resultado es más que satisfactorio.

Es lo que nos pasó con una ensalada en la que mezclamos sabores que creíamos que no se la llevaban muy bien, como es el caso de las fresas, con queso, cebolla y rúcula.

Ingredientes

Preferiblemente queso de cabra, pero si no lo consigue utilice otro de su preferencia. Unas 5 onzas estará bien.

¼ de cebolla colorada, cortada en rodajas finas

4 tazas de hojas de rúcula (puede remplazarla por espinacas, berros, o lechuga regular)

10 onzas de fresas, cortadas en rodajas

½ taza nueces dulces

1-2 cucharadas de vinagre balsámico

2-3 cucharadas de aceite de oliva

Sal al gusto

Preparación

Remoje las rodajas de cebolla colorada en agua fría con una pizca de sal, esto le ayudará a quitar el sabor amargo. Luego las cierne y lava.

Para preparar el aderezo mezcle el vinagre balsámico con el aceite de oliva y la sal. La forma más fácil de conseguir que se integre el vinagre con el aceite es ponerlos en un recipiente hermético y agitar hasta que estén bien mezclados.

En una fuente para ensaladas combine con las cebollas, la rúcula y el aderezo balsámico.

Agregue las rodajas de fresas o frutillas, el queso desmenuzado y las almendras dulces.

Mezcle bien y sirva inmediatamente.

Las fresas y el queso son ingredientes que forman una excelente combinación. Agregue un poco de rúcula refrescante, almendras o nueces dulces, cebolla colorada, vinagre balsámico, aceite de oliva, y el resultado es una ensalada increíble. En caso de no poder encontrar rúcula, puede usar espinacas o berros para esta ensalada.