Una pandemia de escala global ha enfrentado las realidades locales a los hechos más desafiantes de su historia reciente, donde el freno a la economía para contener la propagación del virus, ha tenido efectos sin precedentes sobre la manera de vivir y de trabajar. Los últimos meses nos han llamado a explorar nuevas oportunidades en todos los sectores productivos y, para el caso nortesantandereano, a recurrir a su versatilidad y resiliencia, para adaptarse a las dinámicas de la ‘nueva normalidad

Con la aplicación de rigurosos protocolos de bioseguridad que ha permitido la reactivación paulatina de la economía, ya se refleja en algunos indicadores un mayor dinamismo, el cual da cuenta de una recuperación que será gradual en las regiones y que dependerá en gran medida de lograr conciliar el cuidado de la salud con el regreso a la vida productiva. Es aquí donde se empieza a vislumbrar un escenario en el cual, pese a que se prevé una contracción en la economía nacional y mundial, el impulso sobre la innovación, el emprendimiento, la industria local y el desarrollo tecnológico serán clave para contribuir a la reactivación del golpeado tejido empresarial y, en consecuencia, transitar hacia la recuperación de los empleos. Somos optimistas en que el segundo semestre del año presentará mejores resultados, sin embargo, esto solo será sostenible gracias al trabajo colectivo y al compromiso y la disciplina ciudadana, pues, aunque aún será limitada la actividad social, tenemos un objetivo común que nos mantiene unidos: preservar el bienestar para salir adelante como país

Carlos Hernán Betancourt

Director Ejecutivo de Acecolombia