Al menos una de las más reconocidas marcas del mundo – Mercedes Benz – en su momento se vieron obligadas a complacer al peor criminal de la historia, como lo fue Adolfo Hitler. También es posible que entonces Hitler y su recién creado partido nazi en sus comienzos despertaran la admiración del pueblo alemán.
Fue así como Mercedes Benz en 1934 le construyó con carácter total de exclusividad toda una maravilla de auto, como lo fue el célebre Mercedes 540 G4, un inédito 6X6 que hoy día es propiedad de Patrimonio Nacional de España y se encuentra expuesto al público en el Cuartel del Rey del Palacio del Pardo. Hasta hace muy poco, fue propiedad de la Familia Real Española porque fue un regalo de Hitler a Franco, por su apoyo ideológico durante la época más ominosa del siglo pasado. Esta es la peculiar historia de un todoterreno único, del que sólo tres unidades existen actualmente. Esta es la historia de la unidad española.
El Mercedes 540 G4 – caja W31 – fue desarrollado durante los años 30 del pasado siglo como auténtico vehículo todoterreno. Era un coche destinado única y exclusivamente a los altos mandos militares de la Alemania nazi – no se vendía al público general. Un vehículo de comandante, capaz de atravesar zonas destrozadas por la batalla sin quedarse atascado, manteniendo el lujo y confort propio de una limusina Mercedes. Una máquina avanzada tecnológicamente, que pretendía mostrar al mundo la superioridad técnica de la Alemania de Adolf Hitler.
Con 5,92 metros de longitud, salía pintado de color gris de la fábrica, con un peculiar tren de rodaje compuesto por seis ruedas. No era un todoterreno puro: las cuatro ruedas traseras impulsaban al coche, pero su eje delantero no era motriz. Aún así, dotado de una caja de cambios con reductora, ejes rígidos traseros, neumáticos todoterreno y una buena altura libre al suelo, era realmente capaz fuera del asfalto. Su equipo de frenado era hidráulico, con servoasistencia en los tres ejes del vehículo.
Bajo su capó había uno de los motores de calle más potentes desarrollados por Mercedes: un enorme ocho cilindros en línea que llegó a tener 5,4 litros y 115 CV de potencia en su iteración más potente. Era capaz de mover esta mole de 3,7 toneladas a una velocidad punta de aproximadamente 65 km/h. En su sección central había multitud de espacio, con un habitáculo descapotable de tres filas de asientos. Estos asientos se podían abatir, con el objetivo de que un dirigente se subiera encima para obtener mejor visibilidad.
Hitler entraba triunfal en su Mercedes 540 G4 tras la anexión de Checoslovaquia y Austria, en las fases previas a la Segunda Guerra Mundial. Antes de que estallara el conflicto Mercedes había construido 57 unidades de su G4, destinadas a la Wehrmacht alemana. De esas 57 unidades, 30 fueron equipadas con el motor más potente de 5,4 litros y actualmente sólo tres unidades de la producción total se conservan.