INDÓMITAS | BELLAS Y FUERTES

Por muchos siglos se ha escuchado en el voz a voz que la raza humana lleva en este planeta unos seis millones de años. Comprender este hecho es casi imposible, pero sigue siendo importante tratar de entender la historia de la humanidad: tanto cómo hemos moldeado el mundo hasta convertirlo en lo que es hoy, y cómo nos ha moldeado fundamentalmente a nosotros. 

Es el caso de los, vikingos y, especialmente, de las vikingas, cuyo modelo de sociedad ha trascendido desde entonces.  Muchos rumores insinúan que entre tantos botes de remo y muertes, los vikingos debían haber apestado. Pero lo cierto es que para la época en que vivían eran muy higiénicos. Muy al contrario de lo que fueran algunas de las mujeres europeas de épocas relativamente recientes.

En las excavaciones de sitios vikingos se han encontrado pinzas, afeitadoras, peines y hasta limpiadores de oídos hechos de huesos de animales y cuernos. Sorprendente algo sorprendente,

Aunque las niñas vikingas se casaban a partir de los 12 años y se ocupaban de las tareas del hogar, tenían derechos básicos, sobre todo de carácter económico, que otras mujeres de su época no poseían.

Las mujeres vikingas podían heredar propiedades. Además, tenían la libertad de solicitar el divorcio de sus maridos y de reclamar sus bienes si su matrimonio llegaba a su fin.

Aparte de los derechos ya mencionados, las mujeres tenían libertad a la hora de vestirse. Solían usar atuendos que resaltaban sus curvas y diferentes figuras, y tenían tajos en las piernas lo que las hacía muy provocativas. Sumado a esto hay que considerar que las mujeres eran muy avanzadas para la época, lo que, sin duda, les confería un poder mágico que seducía a los hombres.

Se encargaban de las finanzas del hogar. Podían trabajar y llevar el alimento a sus casas. También se les permitía participar en las luchas y algunas de ellas se convirtieron en grandes guerreras.

Su astucia e inteligencia las llevó a descubrir que hirviendo un hongo especial en orina, durante unos días, obtenían un líquido especial para comenzar incendios. El nitrato de sodio que se encuentra en la orina permitía que el producto estuviera caliente en lugar de arder, y así los vikingos podían llevar el fuego con ellos mientras viajaban. Todo esto hizo que gozaran de la mayor consideración entre su sociedad.

Por si fuera poco, tenían fama de ser excepcionalmente bellas entre las bellas, con lo que, esto sumado a su participación en las innumerables luchas, las hizo tomar gran fama.

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