Magia Pura

magia_puraQuizá la segunda profesión más antigua de la humanidad sea la magia.

Se sabe de la presencia de ella en diversas culturas antiquísimas, como la egipcia, de la que se tienen papiros de más de 4.000 años que ilustran un  aterrador acto de magia: a un ganso le cercenan la cabeza y luego se la pegan. Igual se conoce en la civilización persa – Magûs: hombre con poder -, la griega – Mageia: sobrenatural – y existen numerosas referencias en sánscrito: maga significa ilusión. Miles de años más tarde oiríamos de los muy famosos Tres Reyes Magos de Israel. No parece nada fácil determinar la cuna original del arte de la magia, igual pueden reclamarla los chinos (wu: chamán), los mongoles (bügä), los turcos (bögü) o los tibetanos (mjay). Y ni qué decir de las milenarias tribus africanas, donde el mago era a la vez el médico y el sacerdote.

De ahí el inmenso poder que se les atribuía.

El primer mago del mundo moderno fue un ilusionista francés, Jean Eugène Robert Houdin (1805 -1871), a quien el segundo imperio de Napoleón III envió a Argelia a sofocar las revueltas de los rebeldes con sus trucos. Uno de ellos consistió en atrapar con los dientes una bala que le disparaba un árabe. Luego de ello le cogieron un temor enorme y Argelia se apaciguó. El mágico artificio aún lo hacen algunos magos en pueblos europeos y del oeste americano.

LA CLAVE DEL OFICIO

La clave del éxito del artista es convencer al público de la verdad de su mentira, la anterior afirmación es atribuida a Picasso y es perfecta en el caso de los magos.

A grandes y chicos nos han producido siempre gran fascinación los actos de magia por el misterio que entrañan y que despierta nuestra curiosidad por saber cómo lo hicieron. Por ello acudimos a las presentaciones de los magos como halados por dos hermosos caballos: el enorme percherón de nuestro raciocinio, con sus grandes patas bien asentadas sobre la tierra, y un fantasioso pegaso de grandes alas. Este último ser mitológico es el que nos permite disfrutar del espectáculo.

No todo ha sido fama y poder para los magos, en muchas épocas de la historia fueron perseguidos y asesinados por sus “prácticas contrarias a la fe”. Y contrarias a la física también, gracias a ellos vemos levitaciones, desaparecer y aparecer cosas, brotar agua de un periódico y miles de juegos más. Como en todas las profesiones, la magia tiene sus especializaciones, siendo las más importantes la prestidigitación, la numismagia, la cartomagia, el mentalismo, las grandes ilusiones, la llamada magia de cerca o close up, y en estos tiempos, la magia de la proyección digital.

magia_pura_2CÚCUTA MÁGICA

Cúcuta tiene un gran mago:

Gabriel Villamizar Gómez, con quien conversamos largamente y nos dio la información para preparar esta nota. Él es arquitecto y profesor universitario en Bogotá; se inició en el arte de la magia a los siete años de edad, cuando por casualidad en la biblioteca de su abuela materna encontró el libro “La última palabra de la magia y el ocultismo”, de su bisabuelo Emilio Garnica, quien además de ser un importante industrial del tabaco en Bucaramanga, era mago y empresario de espectáculos de circo.

Luego de pasar su etapa de racionalismo académico, en la que termina graduado de arquitecto en Bogotá, viajó a Nueva York a continuar su formación y allí se volvió a encontrar con la magia gracias al cuento del ratoncito mágico, un libro que estaba escribiendo un amigo locutor de radio
que hacía programas para los soldados norteamericanos estacionados en Europa y Oriente Medio. Con los primeros rudimentos de la magia Gabriel se aventuró a irse a Europa, viviendo año y medio en Paris de sus trabajos de diseño y de magia. Al regresar a Bogotá se matriculó en la Escuela de Artes Mágicas de Richard Sarmiento, donde consolidó sus conocimientos y habilidades.

Gabriel encuentra que la magia le hace sentir un ser muy útil y especial. Para él este arte tiene un gran papel en la transformación de las comunidades y por ello es un gran promotor de la magia humanitaria como aporte a la felicidad de niños, enfermos y ancianos.  Hará parte del grupo de los ocho más grandes magos colombianos que colaborarán de muchas maneras con la reconstrucción, especialmente sicológica, de la comunidad de Mocoa. Pronto lo tendremos en Cúcuta presentando varias funciones en virtud de una alianza con Unicentro y otras entidades de la ciudad. Será algo muy agradable y positivo.

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