MAL DE MUCHAS | PELIGROS DEL T.E.I.

El TEI (Trastorno Explosivo Intermitente) es una condición bien especial que bien pueden sufrir hombres y mujeres. Se caracteriza por tener episodios recurrentes de conductas impulsivas, agresivas e incluso violentas, en las que existen arrebatos agresivos tanto verbales como físicos, reaccionando de manera exagerada en una situación dada.

Quienes la padecen tienen sentimientos constantes de vacío, se ven a sí mismos como débiles o inestables. Tienen relaciones interpersonales profundas que no son estables. Tienen altibajos en el estado de ánimo, por lo general debido al estrés causado por la interacción con los demás.

Las causas de los trastornos de personalidad se desconocen. Se cree que factores genéticos y ambientales están relacionados con su desarrollo. Los profesionales en salud mental clasifican estos trastornos en los siguientes tipos: Trastorno de la personalidad antisocialTrastorno de la personalidad por evitaciónTrastorno límite de la personalidadTrastorno de la personalidad dependienteTrastorno histriónico de la personalidadTrastorno narcisista de la personalidadTrastorno de la personalidad obsesivo-compulsivaTrastorno de la personalidad paranoicaTrastorno esquizoide de la personalidadTrastorno de la personalidad esquizotípica.

Las crisis y los problemas en el matrimonio o en una relación no siempre son culpa exclusiva del hombre, también hay mujeres que no cuidan, no valoran, no respetan y que también traicionan, igual hay muchas que ellas mismas crean un ambiente hostil, insoportable y donde todo se convierte en un campo de guerra.

Ellas destruyen:

Con sus palabras.

Cuando una mujer solo tiene palabras negativas, destructivas para su esposo, incluso para sus hijos, y vive comparando a su esposo con otros hombres y le pasa cortando sus alas, le desanima, le critica y siempre lo pone en mal, cuando con sus palabras su astucia y su capacidad de influencia quiere ejercer dominio para que su esposo haga las cosas que ella quiere, a la manera de ella y como ella las dicta.

Con sus desplantes.

Cuando una mujer no agradece y no valora lo que financieramente está al alcance de su esposo, lo crítica lo pone en mal, le vive sacando que estaba mejor antes de casarse con él, desprecia lo que quizá con sacrificio le puede dar y que puede aportar a la casa y a pesar de su esfuerzo ella no aprende a contentarse, sino que vive para señalar sus errores, para quejarse y hacer pleito por todo y por nada y le demuestra con su actitud que haga lo que haga nada es suficiente, lo trata mal, en toda discusión le grita y nunca pone de su parte para arreglar las cosas.

Con su poco afecto.

Cuando una mujer tiene mucha más empatía con su mamá, con su papá, hermanos, primos y familiares o amistades de ella, les cuida y les atiende con gran entusiasmo, se preocupa más y está siempre para ellos para abrazarles, se esfuerza por tenerles contentos y agradarles; pero a su esposo no le muestra ningún acto de servicio, no le abraza, no le honra y no le atiende, porque le ve con desprecio, si su esposo la busca, lo rechaza una y otra vez y usa el sexo como un método de chantaje a su conveniencia.

Con sus grietas.

También hay mujeres explosivas, con mal carácter, con celos impulsivos y enfermizos y deseo incontrolable de posesión y manipulación con su esposo, mujeres que gastan el dinero en cosas innecesarias y en vez de ayudarle financieramente a progresar a su esposo, lo hunden en deudas sin sentido queriendo vivir de apariencias, no permiten que nadie les diga nada, gritan, insultan, maltratan y denigran y lastiman a su esposo, actuando por impulso y sin poder controlar la emoción del momento, le pasan factura por situaciones de su pasado; es decir, por faltas graves de una relación tóxica previa o por eventos traumáticos, heridas abiertas, donde no tiene nada que ver su esposo o tal vez cicatrices que dañaron mucho su corazón.

Hay mujeres orgullosas y egoístas, que no reconocen nunca que también pueden tener errores y fallas, que solo exigen y destacan que quien debe cambiar es su esposo.  El matrimonio necesita de dos personas comprometidas el uno con el otro en un pacto de amor, respeto y lealtad mutua.

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