La impresión 3D, el big data, la robótica, la inteligencia artificial o la modificación genética de alimentos ya son una realidad en el sector de la alimentación. Nos encontramos en un contexto muy cambiante, en el que las tecnologías están transformado el mercado a un ritmo muy rápido con el objetivo de llegar a las exigencias del consumidor. Es importante pararse y pensar. ¿Qué están haciendo las marcas? ¿Hacia dónde vamos?
Con el objetivo de responder a estas preguntas, The Valley ha presentado el informe “Rethink: Food & Restaurants”. Según Juan Luis Moreno, socio y director de Innovación de The Valley, existen cuatro macro tendencias que están transformando el mercado de la alimentación y veremos cómo serán las protagonistas del futuro del sector, La innovación en la producción de alimentos, los productos y servicios personalizados y conectados, más customer experience y modelos de negocio inspirados en la economía circular.
Tecnología al servicio de la alimentación
La tecnología forma parte del diseño de la producción de alimentos con el objetivo de hacerlos más sanos y sostenibles, que es, sin duda, una de las principales preocupaciones del consumidor.
Una de las tendencias muy claras que vemos es en este sentido es que la proteína vegetal, ya no es algo exclusivo, cada vez vemos como las grandes compañías y marcas ofrecen más opciones vegetarianas entre sus productos tradicionales, como puede ser el caso de Burger King.
Pero a la proteína vegetal se suma, la carne “in vitro”, extraer células de los animales para fabricar la carne en un laboratorio. ¿Pero hacia dónde va esta tendencia? “A crear proteína de la nada” ha afirmado Luis Moreno, director de innovación de The Valley.
Surgen los FoodLabs y espacios de trabajo dedicados a la innovación alimentaria y la gastronomía digital donde prototipar productos y servicios gastronómicos como alimentos ricos en proteínas hechos a base de electricidad, aire, agua y bacterias, o frutas cultivadas en condiciones de altas temperaturas y escasez de agua, de forma más sostenible.
Productos hechos bajo demanda
El consumidor ha cambiado sus hábitos de consumo, ahora busca vivir de una manera más saludable, pero demanda productos rápidos y de fácil consumo, sin que esto afecte a la calidad.
La búsqueda de la conveniencia y la eficiencia, combinada con el auge de las nuevas tecnologías permite a las empresas diseñar y crear nuevos productos y servicios personalizados, bajo demanda y conectados.
En este sentido, destacan 3 tendencias:
1) Dark Kitchen
Crecen los pedidos de comida a domicilio. Es por ello que estamos ante el auge de las “Dark Kitchen”, cocinas centradas en exclusiva a la preparación de pedidos, que surgen como resultado del aumento de demanda de servicios de delivery. Restaurantes “delivery-only” que no necesitan grandes instalaciones pues solo funcionan con servicio de entrega o nuevas incubadoras que entrenan a los restaurantes para mejorar su servicio de entrega a domicilio, como puede ser el caso de Uber eats.
2) Concepto tipo Netflix
Modelos de suscripción para menús diarios, “pago una cantidad y me olvido”. Según han afirmado durante la presentación, para 2025 el mercado mundial de entrega de kits de comida tendrá un valor de casi 9.000 millones de dólares.
Starbucks o Carrefour son algunas de las empresas que ya están apostando por este modelo. En el caso de la primera ofreciendo suscripciones mensuales de café o en el caso de Carrefour, packs de comidas con los ingredientes sin cocinar, pero con la receta y los ingredientes justos y además de presentarse como una forma cómoda y rápida, ayudan a reducir el desperdicio de comida.
3) Inteligencia Artificial
Y los servicios de voz ya se pueden vincular con el reparto de comida a domicilio. Grandes cadenas, como por ejemplo Walmart con Google o Burguer King con Alexa ya permiten hacer pedidos a través de los asistentes de voz. Pero, además, este asistente de voz también puede “ser” tu nutricionista, seguir tus hábitos, hacerte una dieta e incluso controlarte.
Respecto al reparto también se observan novedades. Igual que llegó el concepto de dejar los pedidos online en unas cabinas si no hubiera nadie en el domicilio para recogerlo. Este concepto llega a la alimentación, sitios acondicionados para poder pedir online, recogerlo, y que el pedido siga caliente o frio según el caso. Pizza Hut es uno de los que ya ha empezado a trabajar en este sentido.
Más experiencias
Desde la robótica hasta la gestión de datos, el objetivo es innovar en modelos de negocio y de gestión, automatizar procesos y optimizar la experiencia del cliente. Destacan 2 tendencias emergentes:
Nuevos modelos de gestión con herramientas innovadoras y robóticas. Un ejemplo son las Apps que integran el pago, la gestión de pedidos y los “clubs” de fidelización de establecimientos para ofrecer mejor experiencia de usuario. El futuro contempla también supermercados robotizados cuyos autómatas realizan labores de reposición de productos o de limpieza, hasta tal punto que la previsión es que para 2025 haya un total de 4 millones de robots en más de 50.000 supermercados.
Cafeterías, restaurantes y bares aprovechan la tecnología para crear espacios experienciales donde se puede, por ejemplo, comer en un local donde todo (vajillas, mesas, sillas…) está impreso en 3D, o pedir comida de forma hiperrealista, viendo en realidad aumentada y/o inmersiva cómo son los platos del menú.
Cerrando el círculo
El cliente ya no es solo cada vez más sostenible y responsable con el medio ambiente, ahora exige a las empresas más trasparencia y ahora exige compañías verdaderamente concienciadas con la emergencia climática.
En este contexto, se ha hablado de la tendencia del upcycling o el potencial del supra reciclaje, que consiste en aprovechar materiales reciclables para crear productos que tienen un mayor valor que el que tenía el material original. Es decir, transformar residuos en objetos de valor. Por ejemplo: envases sostenibles hechos a partir de quitina (desecho proveniente de las langostas) o alimentos nutritivos que se cocinan en impresoras 3D con productos que están demasiado maduros para ser vendidos, pero que son perfectamente comestibles.