La industria de la moda en Colombia se ha venido posicionando a nivel internacional, pese a los retos y dificultades que todavía tiene por sortear. En ese sentido los looks de playa con acento caribeño son una de las señas de identidad que nos identifica ante el mundo, un pálpito que ha inspirado, por ejemplo, en Francia, el rescate de la moda Provenzal gracias a las propuestas de
Jacquemus, uno de los diseñadores más punteros en la actualidad. Ante las intersecciones de ideas algo que tienen en común la moda nacional y las tendencias de verano en los grandes mercados es el uso de la rafia, una fibra de apariencia rústica que domina el diseño de accesorios en la actualidad.
Bolsos, sombreros y zapatos, son algunas de las piezas que se observan con mayor frecuencia en las tiendas, las publicaciones de Instagram y las pasarelas, sin 
embargo, muchas de ellas trascienden la utilización resort o vacacional, insertándose en la cotidianidad de la calle y las ciudades, una apuesta estética que nos conduce a responder ¿Cómo puedo usar este material en la metrópoli? La respuesta inicial es que usen sólo aquello que las haga sentir cómodas y las conecte con su personalidad, pero como no queremos que el artículo sea tan corto, vamos a compartir algunas ideas para adoptar este material en los looks de diario.
La presencia de la rafia en la ciudad es disruptiva, pues al combinarla con la lana, el popelín o el paño, adquiere connotaciones urbanas que, aunque la apartan de la belleza del mar, también reafirma su contundencia como una presencia que puede elevar hasta el outfit más sencillo, es el caso de un jean con una camiseta blanca. No obstante, si algo no se recomienda es elegir más de una pieza con estas características por look, la idea es marcar el espíritu del ensamble sin llegar a saturar el concepto.
En los climas cálidos es habitual utilizar zapatos como las alpargatas o las plataformas que incluyen este material en el tacón, ahora la invitación es a considerar otras alternativas, especialmente los bolsos que vienen en diferentes formas, colores y diseños. Algunos van acompañados de pañuelos anudados,
pompones o borlas que reafirman la identidad de quien los lleva. Además, configuran una elección práctica que tal como decía el icono de moda y una de sus precursoras, Jane Birkin, le cabe de todo, por lo que son apropiados para usar durante el día cuando son de gran tamaño y de noche cuando se acercan al sobre o pequeña bandolera.
Desde el 2017 y ahora en estos meses la tendencia ha sumado nuevas formas con bolsos de redes tejidas, estructuras elaboradas en madera, entre otras opciones, la idea con esto es divertirse, incluir prendas que enriquezcan el closet y que puedan seguir siendo elegidas a mediano o largo plazo. Recordemos que el regreso de las fibras naturales también hace parte del llamado para un consumo responsable de la moda.
*Diseñadora cucuteña – Exclusivo para Unicentro Contigo