Por: Lina María Saldarriaga
La evidencia científica nos ha mostrado que cuando padres y profesores tenemos altas expectativas y creemos que un niño es capaz de trazarse metas y lograrlas, es muy probable que las pueda alcanzar. También sabemos que estas altas expectativas tienen un efecto positivo tanto en el rendimiento escolar, como en el desarrollo social y emocional de los niños.
Las altas expectativas son las creencias realistas que tenemos los padres y los maestros sobre las metas que pueden alcanzar los niños. Se refieren a los logros que los adultos creemos que los niños pueden obtener, teniendo en cuenta sus características, fortalezas y habilidades. Las altas expectativas siempre van acompañadas de algo que llamamos las aspiraciones. Éstas hacen referencia a los sueños y deseos que familias y colegios tenemos sobre el futuro de los niños. Para impulsar a los niños a que puedan construir un proyecto de vida es muy importante que podamos transmitirles nuestras altas expectativas y aspiraciones. Las aspiraciones les permitirán soñar, y las altas expectativas les permitirán convertir esos sueños en metas realistas que puedan alcanzar.
¿Por qué es importante que padres y profesores tengamos altas expectativas y aspiraciones?
-Porque motivamos a los niños a ser mejores: Al transmitirles la idea de que creemos que pueden llegar lejos contribuimos a que ellos mismos sientan que pueden alcanzar nuevas metas y logros.
-Porque promovemos su capacidad de superar las adversidades: Cuando esperamos grandes cosas de los niños les ayudamos a desarrollar estrategias para superar los obstáculos que se les presenten para alcanzar dichas metas.
-Porque contribuimos a que tengan una mejor imagen de sí mismos: Al tener altas expectativas les mostramos a los niños que tienen fortalezas que pueden aprovechar como herramientas para alcanzar sus metas.
¿Cómo puedo transmitirles a los niños mis altas expectativas y aspiraciones?
-Teniendo una relación cercana y cálida: Hacer preguntas sobre las cosas que les gustan o lo que quieren lograr ayuda a que podamos construir una relación positiva y empática con ellos. Podemos hacer preguntas como: ¿Qué aprendiste nuevo hoy? ¿Te gusta eso nuevo que aprendiste? ¿Qué quieres ser cuando grande? ¿Cómo te imaginas dentro de 10 años? ¿A quién quieres parecerte cuando seas grande?
-Reconociéndolos y valorándolos: Es muy importante reconocer que cada niño es diferente, y tiene intereses y características distintas. Si reconocemos las cualidades y fortalezas de cada niño, y nos damos cuenta que éstas los hacen únicos y especiales, los podemos ayudar a trazarse metas que sean realistas y estén acordes con lo que cada uno es.
-Mostrándoles que cada persona tiene distintas maneras de alcanzar sus metas: Todos los niños son diferentes y por lo tanto pueden alcanzar diferentes metas de diferentes maneras. Es importante que les recordemos a los niños que no solo hay un camino para lograr los sueños y que lo importante es trabajar por aquellos que se ajusten más a su proyecto, a sus características y a sus deseos.
Cuando padres y profesores reconocemos quiénes son nuestros hijos y alumnos, y valoramos la manera en que ellos piensan, actúan y sienten, les estamos ayudando a que ellos mismos se valoren y crean en sí mismos. Esto a su vez les permite a ellos conocerse mejor y creer que podrán llegar más alto.