En la actualidad las niñas, niños y adolescentes tienen muchas maneras de acceder y usar las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC). Esto representa grandes oportunidades para su aprendizaje, pero también trae consigo una serie de riesgos que es necesario prevenir y manejar. Este acceso nos plantea desafíos importantes a los adultos encargados de su cuidado; no solo debemos aprender a usar estas tecnologías, sino que debemos desarrollar estrategias para acompañar a nuestros hijos en su uso.
Una de las preguntas más frecuentes que surge en torno al uso de las TIC es ¿cómo podemos monitorear y acompañar los padres, madres y cuidadores el acceso al internet y a las redes sociales? Existen diferentes maneras de hacerlo, pero lo que muestra la evidencia es que la consistencia y la claridad son la mejor manera de acompañarlos. En primer lugar, hay que ser claros e indicarles cuáles son los sitios a los que está y no está permitido acceder. Hay que ser enfáticos en que no se puede ingresar a sitios web para adultos, con contenidos sexuales o de violencia. Podemos explicarles que esto no es una decisión arbitraria, sino que la ciencia muestra que la exposición a este material puede producir reacciones emocionales frente a las que aún no han desarrollado las capacidades necesarias para enfrentarlas. También es importante definir quiénes son las personas con las que pueden interactuar en los entornos digitales. Al igual que en la vida real, es importante que les enseñemos a
no hablar ni establecer encuentros personales con extraños o gente que conocieron en línea, pues estos encuentros con desconocidos están asociados a riesgos como el grooming o la sextorsión. También es importante definir los horarios y espacios para estar conectados.
Otra de las preguntas frecuentes es ¿cómo proteger a las niñas y niños cuando hemos permitido el acceso a celulares con datos o a redes sociales antes de las edades recomendadas? Las investigaciones sobre este tema sugieren que podemos empezar por contarles que hemos aprendido cosas nuevas sobre los riesgos a los que ellos están expuestos y que queremos hacer cambios para protegerlos de una mejor manera. Seguramente nuestros hijos pondrán resistencia. Sin embargo, esta puede ser una oportunidad para enseñarles sobre los riesgos, para crear acuerdos y para pensar en ideas sobre cómo aprender a usar de manera responsable y segura la tecnología en conjunto. Por último, es importante no olvidar que nosotros somos quienes guiamos la crianza y que siempre tenemos la capacidad de ajustar límites y normas en la vida de nuestros hijos.
Finalmente otra manera en la que podemos ayudar a que nuestros hijos a que usen de manera sana y segura la tecnología es enseñándoles a que
desarrollen criterios sobre la información que publican en línea. Podemos pedirles que antes de compartir algo piensen en preguntas como: ¿Lo que quiero publicar es algo que haría que mi familia o amigos se sintieran contentos o algo que los alegraría?, ¿Lo que quiero compartir haría que las personas se sintieran tristes, confundidas, asustadas o enojadas?, ¿Lo que voy a publicar es sobre mí o sobre otras personas? Al contestar estas preguntas nuestros hijos podrán aprender con mayor facilidad si es apropiado compartir o publicar algún tipo de información.