No es nuevo el pésimo servicio médico que presta la EPS en Colombia, pero el mismo se ha agravado a tal punto que ya ni las órdenes judiciales ni desacatos hacen que ese ser vicio se cumpla a satisfacción.
Esa displicencia del Estado en exigir el cabal cumplimiento de las obligaciones de las EPS en la prestación del servicio médico ha llevado a tal nivel de indefensión al usuario, que ni los jueces, ni las sanciones, ni las inter venciones hacen que se acaben los dramáticos paseos de la muerte por esos centros hospitalarios, cosa que es el pan de cada dia, sin que el Estado haga nada para remediarlo.
Si bien la Corte Constitucional ha sostenido que el incumplimiento reiterado de las obligaciones adquiridas por las EPS con sus usuarios genera un estado de inconstitucionalidad que obliga a intervenir la EPS, la experiencia nos ha demostrado que es peor el remedio que la enfermedad.
Pero las EPS no solo se burlan de la justicia y a la superintendencia de salud sino que han hecho mella muy profunda en las IPS que les prestan los servicios médicos, con deudas no pagadas de servicios que suman miles de millones de pesos generando la quiebra de las pequeñas Instituciones Prestadoras De Salud y el colapso de la atención médica especializada que prestan esas IPS, pues hoy día ninguna de ellas quiere contratar con las EPS, todo en perjuicio del usuario como eslabón fi nal de este desastre de la intermediación.
Es hora de que el Estado intervenga de manera contundente, que expida leyes que ponga en cintura a las EPS, pero no interviniéndolas con otra peor, sino creando mecanismos para la protección de los usuarios, que las sanciones económicas que se impongan a las EPS sean para el usuario afectado y no para las arcas del Estado, que se endurezcan y se hagan cumplir las penas por corrupción, sin atenuantes penales ni preacuerdos.
La opción judicial para la reparación de perjuicios a través de abogados especializados no es la solución final a esta maraña de desprestigio que tiene la prestación del servicio de salud en Colombia, es necesario el apoyo estatal que termine de una vez con este cáncer que nos carcome, y en el mejor de los casos volver a la atención en los hospitales, fortalecerlos económicamente y eliminar las EPS privadas, cuya función solo es la ganancia por la intermediación y no el servicio.