La manera de hacer publicidad se reinventa cada vez con mayor frecuencia, no hay otra forma de tener liderazgo en una actividad tan competida a nivel global, nacional y local. En todos los medios de comunicación existentes, desde los tradicionales, como prensa, radio y televisión, hasta los más modernos, como redes sociales y medios digitales, la innovación es constante.
Desde hace unos pocos años comenzamos a hablar del marketing de experiencias, una estrategia bien concentrada en las redes sociales y medios audiovisuales. La idea es presentar episodios y momentos espectaculares asociados a la marca para asombrar a sus clientes y generar muchos likes en las redes. Esto les ha funcionado muy bien a las grandes marcas globales, como Cocacola, Toyota y demás, porque tienen el músculo financiero que se necesita para cubrir los costos de estas producciones y posterior difusión.
Igual hablamos del marketing inmersivo, que es aquel donde el público interactúa con la experiencia y no es un simple observador. Es el caso de los videos de realidad virtual y de imágenes 360°, que son maravillosas …. pero requieren de dispositivos especiales para que el público los vea, lo que hace que no sea tan masiva la exposición de la marca.
Una moda, al parecer efímera, fue el marketing de influenciadores, donde las marcas contratan a celebridades
para que mencionen sus productos en sus publicaciones en todas las rede sociales. Esto al parecer no funcionará, menos después de la demanda a las hermanas Kardashian por no ser honestas advirtiendo que se trataba de publicidad pagada.
En Latinoamérica, donde los presupuestos publicitarios no son tan robustos como los de las grandes marcas globales, la tendencia actual es a dejar atrás la llamada publicidad disruptiva, que es aquella que nos interrumpe una buena telenovela o película en la TV, o que nos distrae con una enorme valla en la carretera, que nos interrumpe algo.
Lo que se impone desde hace poco – y con todas las probabilidades de perdurar – es la publicidad que está asociada a contenidos que le dan valor al cliente, como es el caso de los blogs y revistas como esta, Unicentro Contigo, donde el lector encuentra lecturas que le enseñan algo, le entretienen, le informan, le explican temas de interés, lo tratan considerándolo una persona culta, que lee, y no como un simple mirón de fotos sociales. La publicidad de contenido es todo lo contrario de la disruptiva. Mientras que esta última nos invade sin permiso, la de contenido es buscada y encontrada por el cliente en medios que le traen temas que le resultan útiles y de agradable lectura. Esa es la razón que anima la decisión de las marcas anunciantes en Unicentro Contigo.