Nuestro cuerpo es sabio (excepto los genitales,), se bien podría decirse que todo lo que nuestro cuerpo tiene y produce, cumple una función, nada está ahí simplemente de adorno. Este hecho no es ajeno a la cera de los oídos, si nuestros oídos producen cera por algo será…. Esta cera protege nuestros oídos del medio externo (suciedad, humedad, insectos, bacterias y otros microorganismos), así como de infecciones y lesiones.

Así las cosas, no se debería usar copitos de algodón para la limpieza de los oídos. Es un error lo que hacen ciertas personas que introducen los copitos en el oído muy profundamente hasta que le quitan toda su cera y lo dejan expuesto a resequedad e infecciones.

Además, con los copitos muchas veces ocurre que sacan algo de cera, pero al mismo tiempo empujan otro poco de ella hacia el tímpano y la van apisonando hasta que, con el tiempo, forman un tapón que les traerá problemas, como dolor de oído y disminución de la audición por obstrucción.

Mi recomendación es que la cera que se puede observar desde fuera se remueva con el dedo meñique y un paño húmedo. Así nadie les va a ver cera en los oídos y al mismo tiempo la conservarán en la profundidad adecuada del oído para que lo proteja, a la vez evitaran tapones ocasionados por copitos. Jamás use alambres, ni palitos, ni demás “instrumentos” para tal propósito (ni para ningún otro). Ningún objeto, así esté esterilizado, debe introducirse en el oído, mucho menos si es profundamente (solo personal capacitado lo debe hacer).

Nuestro cuerpo es sabio (excepto los genitales,), al punto que bien podría decirse que todo lo que nuestro cuerpo tiene y produce, cumple una función. Si, muchas veces no ocurre nada; si, hay muchas personas que lo llevan haciendo toda la vida y no les ha pasado nada. Cada cuerpo es un mundo y, pues, hay varias personas a las que si les ha pasado algo por meterse cosas en los oídos; sin embargo, dudo que algo le haya pasado a alguien por no hacerlo.