Que más rápido cae un mentiroso que un cojo, dice el refranero popular. Si esto era válido hace cincuenta y más años hoy lo es más por la facilidad que se tiene hoy día, gracias a la ciencia, de detectar cuando estamos frente a alguien que nos miente. Ahora la psicología y la ciencia forense tienen varios métodos para saber cuándo una persona está mintiendo, pero la ciencia también ha descubierto que hay una forma de desenmascarar al mentiroso.
Un nuevo estudio recoge que una de las mejores maneras de atrapar a alguien en una mentira es intentar distraerlo. Parece que el esfuerzo cognitivo adicional requerido para construir una mentira y hacer otra cosa al mismo tiempo hace que las falsedades no se sostengan tan bien.
Sin embargo, los autores del estudio hacen algunas advertencias: por ejemplo, la persona que miente debe considerar que la tarea secundaria es importante o podrá priorizar la mentira sobre cualquier otra cosa que se supone que debe hacer.
Los investigadores detrás del nuevo estudio sugieren que las entrevistas podrían estructurarse de cierta manera para involucrar tareas secundarias y, por lo tanto, detectar mentiras. Sin embargo, enfatizan que este no es un sistema infalible y que se requiere más trabajo para comprender completamente cómo la multitarea obstaculiza a los mentirosos.
Las verdades y las mentiras pueden sonar igualmente creíbles siempre que se les dé a los mentirosos una buena oportunidad para pensar qué decir. Cuando la oportunidad de pensar se vuelve menor, las verdades a menudo suenan más creíbles que las mentiras.
Experimento
En el experimento, 164 voluntarios dieron su opinión sobre temas sociales en las noticias, y luego se dividieron en dos grupos para entrevistas simuladas. Se les pidió que dijeran la verdad sobre sus puntos de vista o mintieran sobre ellos.
Esos dos grupos se subdividieron en tres. A un tercio se le asignó una segunda tarea y se le dijo que era importante para pasar la entrevista, un tercio también tenía una segunda tarea, pero no se le dio información sobre su importancia, y el tercio final no tenía ninguna segunda tarea de la cual preocuparse.
Al tercio que se le asignó una segunda tarea y se le advirtió de la importancia de responder correctamente para poder pasar a una etapa superior. A este grupo no le fue muy bien porque fue donde se detectó la mayor cantidad de mentirosos.
Esta es una estupenda estrategia para aplicar en entrevistas laborales, o cuando se escuchan propuestas y confesiones amorosas. Sacar de su discurso por breves segundos al entrevistado le dificulta retomar el cuento que nos había fabricado para engatusarnos, mientras que si está siendo honesto no tendrá problema alguno para continuar inmediatamente con su relato.