Muchas voces expertas, sumadas a la evidencia del Instituto Nacional de Salud de Colombia, las niñas y niños de entre 0 y 9 años representan apenas el 3.16% del total de contagios en Colombia. Nos indican con amplia evidencia que los colegios, los jardines y los centros de desarrollo infantil no son los sitios de especial contagio, ni las niñas y los niños los más vulnerables ante el virus. A se vez, parece que no son los sitios de riesgo para los adultos, como sí parecen serlo los espacios de reuniones sociales y celebraciones. Es clave cuidar en este, y en todos los espacios, a los maestros y al personal escolar, especialmente a quienes son mayores o a cualquier miembro de las comunidades educativas que tiene alguna comorbilidad (diabetes, hipertensión, obesidad, etc.).
Es por esto que no se compadece seguir sacrificando a niñas, niños y adolescentes. Desde el inicio de la pandemia provocada por el COVID-19, Red PaPaz ha expresado gran preocupación por la profundización y ampliación de las brechas evidenciadas por las precarias realidades para muchas niñas, niños y adolescentes. De igual manera, UNICEF, Banco Mundial, BID, Alianza por la Niñez Colombiana, entre muchos otros, continúan señalando las graves situaciones para la niñez y la adolescencia en lo que se refiere a inseguridad alimentaria y vacunación, maltrato infantil, explotación sexual y trabajo infantil, reclutamiento por grupos armados ilegales, consecuencias en el estado emocional y la salud en general, pérdidas educativas y deserción escolar, riesgos en el entorno digital y una mayor inequidad para quienes están en la ruralidad o tienen alguna condición (discapacidad, migración, pobreza, etc.).
Por lo tanto, volver al Colegio, con las debidas medidas de bio-seguridad (lavando de manos, distanciamiento, ventilación, tapabocas en las edades y momentos indicados), no solo es seguro, es necesario. El tiempo para la niñez, especialmente en la primera infancia, es irrecuperable. Tenemos que devolver a niñas y niños sus espacios de recreo y merienda, sus amigos y profesores y sus juegos y aprendizajes compartidos. No estamos dimensionando la importancia del colegio, ni del Centro de Desarrollo Infantil para las personas menores de 18 años que crecen en las carencias y la vulnerabilidad. Estos son espacios de protección, de seguridad, la única posibilidad que muchos de nuestras niñas y niños tienen para la garantía de su derecho a la alimentación, a la educación, a la salud y, en muchos casos, también a un trato amoroso.
Nos unimos a la Campaña #LaEducaciónPresencialEsVital. Día a día explicamos a nuestra red la importancia de trabajar para recuperar de manera segura todos los entornos escolares. Adicionalmente, hemos interpuesto una acción legal para que el Gobierno Nacional, en cabeza del ICBF, MEN y otros, presten la atención presencial para las niñas, niños y adolescentes (por ahora en alternancia) y para que se defina el servicio a la primera infancia como un servicio esencial, que nunca debe dejar de prestarse de manera presencial, especialmente, para aquellas familias con mayores carencias.
Carolina Piñeros
Directora ejecutiva Red Papaz