No existe en el diccionario de la Real Academia el término corronchería, lo sé, pero todos la entendemos como falta de pulimento social, ausencia de buena educación en la forma de hablar y de buenas maneras en el comportamiento. Aunque suene como muy costeña, ella se ve en todo el país y Cúcuta, obviamente, no es ajena a este fenómeno cultural. De hecho, todos incurrimos en alguna corronchería de vez en cuando sin que ello nos desacredite del todo, es la influencia inevitable del entorno.

Aclaro, eso sí, que en mi caso jamás incurro en la última de esta selección de ejemplos que, con la ayuda de una gran cantidad de amigos que tengo en mi Facebook, hemos hecho para Unicentro Contigo de lo que es un corroncho. Si usted se identifica en más de tres de ellos no hay duda, es corroncho.

• Es aquel que apenas el avión toca tierra y reduce su velocidad se levanta de su asiento para permanecer de pie un buen rato en el pasillo de la aeronave hasta que se procede al desembarque, convencido de que está proyectando la imagen de alguien importante y afanado, o muy agobiado por el cansancio de un vuelo de 45 minutos.
•  Quien dice “la calor está muy arrecha, mano”
•  Es corroncho quien le dobla las mangas a una camisa de manga corta. También quien usa medias blancas con pantalón oscuro.
•  Saluda: “qué pajó mano?”, pide que le “descambien este billete” o le empresten algo.
•  Seca ropa en el balcón, se limpia las uñas en público y usa palillo ante los ojos de los demás.
•  No dice que está malo de los ojos sino de las “vistas”
•  Pide plata con “lluvia de sobres” para todo.
•  Engalla el carro con calcomanías de disparos y CD colgando del retrovisor.
•  Lleva una agenda o el periódico bajo el brazo (en el sobaco).
•  Pasear en carro con enormes parlantes en el baúl a todo volumen con música de despecho, vallenato abolerado y ranchera.
•  Dice: “pere tantico”, o arrímensen o córransen un tantico; no “juña”, pa´la gran cachucha; lo “fuera” visto; estábanos, íbanos y veníanos; pa´la puerca; cállese esos ojitos; de por Dios; mássima, taisy ó tadzy; yo lo distingo.
•  Se mete en muros ajenos de Facebook a agredir y hacer comentarios destemplados
•   Lleva mariachis al parque cementerio.
•  Pelea por el centro de mesa al terminar la fiesta.
•  Pide que le “abriguen” el pastel de garbanzo.
•  Se esconde y le grita alguien por su nombre. Le dice a eso pegar un “llamato”.
•  Pita, pita y pita. Ah, y vuelve a pitar.
•  Forra el cuello de la camisa con un pañuelo.
•  Pasa caja de pasteles y hayacas por el escáner del aeropuerto.
•  Encarta a un amigo que viaja con un encarguito.
•  Va adonde no ha sido invitado.
•  Habla en voz alta por celular en un ascensor o baño. Y en todas partes vocifera para que lo miren.
•  Le encanta mirar a y ser mirado por la gente.
•  Silba dentro del ascensor
•  Usa camiseta de algún candidato de hace dos años.
•  Tiene jefe político y le hace caso en todo.
•  Expresa aprecio y confianza a los amigos con chanzas pesadas.
•  Sale a la calle con franelilla esqueleto amarillenta por el uso, pantaloneta (no bermuda) y chancletas o “cholas”.
•  Le sacan las espinillas de la cara y espalda frente a los demás.
•  En el taxi se sienta adelante porque lo considera el puesto de honor.
•  Come agachado sobre el plato, agarra el tenedor con el puño cerrado y palea sobre él con el cuchillo.
•  Come con la boca abierta y habla mientras mastica.
•  A cada momento cita dichos populares mencionando al autor (por lo general fallecido hace varias décadas). Dice, por ejemplo, “no canse Carlos Julio”.
•  Se suena la nariz sin pañuelo, se saca los mocos, se rasca y acomoda las “verijas” en la calle.

Se “jamonea” en público.