SUCESOS | CON AMIGOS ASÍ

Con Amigos AsiNada más errático, impredecible y sorprendente que el comportamiento del presidente Trump con sus colegas del resto del mundo. En tan solo una semana pasó de atribuirse como una gran victoria suya la posibilidad de un acuerdo con Corea del Norte, a regañar en Bruselas a sus aliados en la OTAN, luego a maltratar a la primera ministra inglesa Theresa May, a quien le dijo que le encantaría ver en su lugar a Boris Jhonson, canciller que renunció por diferencias con May.

Con la reina Isabel y la corona inglesa no pudo ser más grosero, la hizo esperar por quince minutos, cuando la impuntualidad es cosa imperdonable entre los ingleses y peor aún cuando se trata de una cita con su reina. Para colmo, rompió el protocolo al punto de ser visto como un patán: echó a andar delante de ella, cuando los cánones mandan que nadie puede hacerlo, es todo un sacrilegio.

Pero el mono sabe en qué palo trepa: su reunión con el presidente ruso fue bien diferente. Fue Putin quien le hizo esperar por casi una hora y a quien exoneró de toda culpa en el escándalo de la interferencia de la inteligencia rusa en las elecciones norteamericanas de 2016, contradiciendo las evidencias de la CIA al respecto, lo que tuvo que correr a rectificar a su regreso a Washington ante el rechazo de todos los estamentos norteamericanos.

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