Cada uno de nosotros, como persona, es una empresa. Si lo vemos bien nos daremos cuenta de que tenemos las mismas áreas de atención de cualquier corporación (planeación, mercadeo, finanzas, administración, relaciones públicas, etc.). Desafortunadamente no todos somos muy conscientes de ello y no le damos el manejo adecuado al asunto, con consecuencias lamentables.

La preocupación mayor de los padres que envían a sus hijos a estudiar en una universidad de otra ciudad es que al salir de casa se desvíen de su propósito inicial de ser profesionales, y terminen siendo absorbidos por un mal amor, un embarazo, un matrimonio prematuro; o por el exceso de rumba, el alcohol, las drogas, y muchos otros peligros que siempre gravitan sobre los jóvenes una vez que estos se desprenden de la tutela de sus padres.

Esto es algo que bien puede prevenirse con un programa de entrenamiento basado en los hábitos para la excelencia, formulados por Stephen Covey, que les enseñará a gerenciarse a sí mismos en dos fases claramente establecidas.

La primera les enseñará a no perder de vista el objetivo principalísimo de estudiar, a administrar muy bien su tiempo, a fijar muy bien en su mente el propósito de culminar su carrera universitaria, a aprender a priorizar sus asuntos definiendo bien qué hacer con lo urgente e importante, a ser creativos y proactivos, a anticiparse a las cosas y a manejar sus emociones en función del objetivo. Esta primera fase conduce a lo que se conoce como la victoria sobre sí mismo o su victoria privada, porque con estos tres primeros hábitos el joven abandona malas costumbres adquiridas en la escuela y con sus amigos de adolescencia.

La segunda fase del entrenamiento se dedica a cultivar aquellos hábitos que habrán de conducirlo a la victoria pública, como lo son el desarrollo de habilidades de negociación y comunicación asertiva, a buscar siempre actuar bajo un esquema de gana/gana, a interrelacionarse empáticamente con los demás y a conocer el enorme valor de saber sinergizar para el logro de sus metas personales. Finalmente se crea el hábito de mantenerse bien en los planos físico, mental y espiritual.

Como es apenas natural, la eficacia del programa dependerá en gran medida de la formación en valores que haya recibido el joven en casad es de la infancia. Está orientado fundamentalmente a mejorar las capacidades y condiciones personales de los jóvenes para afrontar la vida en otro contexto diferente a su casa, cuenta con el apoyo de sicólogos especializados que inician el curso practicando a los jóvenes un test de assessment center para evaluar sus capacidades.

Con los pertinentes cambios en el énfasis, este programa de entrenamiento es igualmente aplicable a personal de las empresas para mejorar su eficiencia, su eficacia y su efectividad. Para mayor información contáctenos por el correo corpalestudios@gmail.com