TECNOLOGÍA | Dentro de unos pocos años comenzaremos a añorar los vehículos que ahora manejamos metiendo el embrague, accionando una palanca de cambios, oprimiendo acelerador y pedal de freno. Ya no volverán más los autos de transmisión mecánica, y ni siquiera los automáticos que conocemos hoy. Sobrevivirán – y con grandes modificaciones – los carros de competencias, como los Formula 1 y los Nascar. De manera que disfrutemos ahora de los autos que tenemos.
Todo comienza hace más de cinco años, cuando las enormes empresas de tecnología asentadas en Silicon Valley deciden incursionar en la industria automotriz creando las plataformas necesarias para la operación de los vehículos autónomos. En Mountain View, sede del gigante Google se dio inicio entonces a las pruebas de su Google Self-Driving Car, acordadas con Daimler Benz, Toyota y Audi. Lo mismo ha hecho la reconocida marca Intel asociándose con la BMW, y así todas, al punto de que alianzas estratégicas como esas y las de Tesla Ford, Uber y Nissan, VW y Chrysler, entre otras, han hecho que todas las viejas marcas de autos se hayan montado en la nueva ola de los vehículos automatizados y autónomos.
Los modelos de los próximos años vendrán sin pedales ni palancas, todo será conducido por aplicaciones de alta tecnología, diseñadas para ahorrarle al usuario todo esfuerzo y preocupación al transitar por calles y autopistas. Con esto, conducir deja de ser una experiencia emocionante, de hecho, no es una persona quien lo hace, el carro se maneja solo. Muy aburridor.