Si bien Colombia no es un país que se destaque mucho por su protección al medio ambiente y la fauna, especialmente a la fauna marina por sus limitados recursos para realizar una protección apropiada, son apreciables los esfuerzos que hace para tal fin. Tal es el caso de la decisión recientemente tomada por el Ministerio de Agricultura dando reverso a un permiso de pesca que ponía en serio peligro a los delfines que siempre han vivido en las inmediaciones de la isla Malpelo, en el Pacífico.
En esto nos diferenciamos de países con culturas supuestamente más avanzadas que la nuestra, como es el caso de Dinamarca, donde hace pocas semanas en las islas Feroe se produjo una brutal masacre de 1.400 delfines en solo un día. Una vez ocurrido el hecho los mismos habitantes de las islas reconocieron que se les había ido la mano con esta matanza excesiva que tiene indignado al mundo entero.
El gobierno de las Islas Feroe dice que cada año se capturan en promedio unas 600 ballenas piloto, unos cetáceos que pueden llegar a pesar más de 3.000 kilos. Los delfines de flancos blancos, en cambio, se capturan en cantidades más bajas: fueron 35 en 2020 y 10 en 2019. Por eso masacrar a 1.400 de estos adorables animales es algo francamente odioso que mueve al mundo a tomar represalias comerciales a los daneses para hacerles tomar más conciencia de lo que hacen.
Ellos argumentan que esto es un componente importante de su identidad cultural. De ser así será mejor tener de lejos a los daneses para evitar todo contagio cultural con ellos. Esta no es ninguna forma sostenible de recolectar alimentos de la naturaleza, por el contrario, esto es un atentado contra la naturaleza.
Las imágenes de la caza de delfines del domingo muestran a los animales luchando por nadar en aguas poco profundas y enrojecidas por la sangre, mientras cientos de personas observan desde la playa. Luego los cadáveres fueron llevados a tierra y distribuidos entre los locales para su consumo.
Según los registros, nunca se habían matado tantos delfines en un solo día allí. El récord anterior, aseguró, fue de 1.200 delfines en 1940. Le siguen 900 en 1879, 856 en 1873 y 854 en 1938.
Por eso la magnitud de la matanza de provocó conmoción e incluso despertó críticas de grupos involucrados en la práctica, algo que es inusual.
La reacción nacional fue de desconcierto y conmoción debido al número extraordinariamente grande, dijo toda la prensa de Dinamarca. Aun así la captura fue aprobada por las autoridades locales y no se infringió ninguna ley.