Page 36 - Unicentro Contigo 113 Diciembre

Metamorfosis

de estrógenos a nivel corporal y tendones se vuelven
provoca la distensión paulatina de menos elásticos y
los pechos. se debilitan, lo que
puede provocar rigidez y
De los 50 a los 60 pérdida de flexibilidad.
La madurez absoluta llega a Es común que
partir de la cincuentena y esto, junto las personas mayores
a todo lo anteriormente descrito, presenten temblores
supone otras consecuencias. El musculares y movimientos
cuerpo cada vez está más débil involuntarios. La
y segrega cada vez menos sus pérdida de
propios nutrientes, lo que concluye fuerza central
en una fragilidad de varias zonas y muscular
del organismo. Una de ellas son las puede hacer
uñas, que se tornan quebradizas y que la postura
amarillentas. se encorve.
Además, el cúmulo de grasa Los discos
conlleva a un aumento de peso que intervertebrales se
en los hombres durará hasta los 60 secan y se aplanan,
y en las mujeres hasta los 65, en el lo que acorta los
caso de ellas condicionado también espacios entre las
por la menopausia. Llegados a los vértebras y puede
sesenta el deterioro se ralentiza provocar pérdida de
y se limita a la pérdida de masa estatura.
muscular y al desprendimiento de
la piel, por lo que es el momento Se producen los
óptimo para no dejar de lado una primeros cambios
constante actividad física. en la función renal.
Es importante hacer
Después de los 60 ejercicio moderado y
A partir de los 60 años, el cuerpo llevar una dieta bien
experimenta cambios en varios equilibrada y con
aspectos, como que los ligamentos suficiente calcio.

A partir de los 70 años
Los huesos se vuelven más
frágiles y se rompen con mayor
facilidad. La estatura disminuye,
principalmente por el acortamiento
de la columna y el tronco. Las
articulaciones se deterioran y
pueden causar dolor, inflamación,
rigidez y deformidades.
La piel se vuelve más fina,
frágil y menos elástica. Es más
fácil que se formen moretones y la
piel se reseca. También aparecen
arrugas, manchas de la edad y
papilomas cutáneos. Se acumulan
depósitos de grasa (placa) en
las paredes de las arterias, lo que
las hace más rígidas y puede
causar hipertensión. Se pueden
desarrollar arritmias rápidas o
lentas. Los cambios en los niveles
de insulina pueden aumentar el
riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.

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